
Un concierto de guitarras despide a Ryuhei Kobayashi
Los alumnos de Ryuhei Kobayashi se fueron turnando para rendir su homenaje. Cada quien llevó su guitarra. Desde temas clásicos hasta composiciones del cancionero latinoamericano. Así, de esa manera, con música de por medio, fue despedido la mañana de ayer el maestro japonés.
Sus restos fueron velados durante dos días en el auditorio principal del núcleo provincial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Su deceso sucedió el fin de semana. A esta ciudad había llegado hace 36 años. Tenía entonces 23.
Minutos antes de que su cuerpo fuese trasladado hacia unos de los camposantos locales donde iba a ser cremado, todos quienes habían llegado se juntaron y entonaron varios temas, al ritmo de guitarras clásicas.
Ahí también estuvo Beatriz Parra, quien en la década de los años 70, dirigía el conservatorio nacional de música Antonio Neumane, e invitó a Kobayashi, mientras este estudiaba música en España. Desde entonces impartió una cátedra en esta institución. Una gran parte de los alumnos que se presentaron la mañana de ayer proviene de esa gran cantidad de alumnos que pasaron por sus clases.
Otros tantos son nuevas generaciones. También impartió clases en el Rimsky Korsakov, en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y en el conservatorio Sergei Rach-maninov.
Inés Jácome Argüello, con quien el músico compartió los últimos años de su vida, aseguró que las cenizas serían conservadas en un nicho en Jardines de la Esperanza, donde se aspira a construir próximamente un mausoleo. “Él amaba esta ciudad. Aquí siempre quiso quedarse”. RGS