Son $ 496 millones en compras hechas por todas las instituciones del Estado que se han adjudicado sin competencia en los tres primeros meses de este año.

No pasaron por un proceso de licitación y los precios no fueron pujados a la baja, pues el ganador fue el único oferente calificado o que se presentó.

Así lo dio a conocer María Sara Jijón, directora nacional de Servicio de Contratación Pública (Sercop), quien impulsa reformas para reducir la falta de competencia y para mejorar el ahorro del Estado.

Su meta es bajar este 40 % a menos del 30 %. Por ahora, una fórmula que ha dado resultado en cuanto al ahorro, transparencia y competencia ha sido la subasta inversa corporativa de medicamentos, realizada el 27 de abril.

155 tipos de fármacos fueron adquiridos para los hospitales del IESS, el Ministerio de Salud Pública, la Policía y las Fuerzas Armadas.

Esta vez la puja no fue entre dos o tres oferentes, sino 120 empresas. El presupuesto referencial comenzó en $ 273 millones. Se realizaron 15 pujas y terminó en $ 121 millones. Es decir, el Estado ahorró $ 153 millones.

“No es que se compraron fármacos de mala calidad. Porque todo está catalogado y se han mantenido las características de los medicamentos, para conseguir un balance entre la mejor calidad y el mejor precio”, dijo Jijón.

Parte del ahorro se debe a que el proceso no estuvo en manos de los gerentes de cada hospital, cuyos equipos de compras hacían estudios de mercado con valores extremadamente dispersos.

EXPRESO publicó cómo los hospitales públicos y del IESS entre 2018 y 2021 compraron el mismo paracetamol inyectable de 100 ml y 50 ml con sobreprecio. El hospital Carlos Andrade Marín, por ejemplo, lo adquirió en $ 1,12. El Hospital Militar en $ 2,24. Pero en el IESS de Manta lo compró en 2021 en $ 7,73, según detalla la web del Sercop.

Diego Benavides, director de Estudios de Contratación Pública, señala que para establecer los precios de cada medicamento en la subasta se tomó como referencia el precio recurrente más bajo.

“Con la subasta corporativa se aprovecha la economía de escala para conseguir mejores precios y se reducen también los costos administrativos”, agrega Jijón.

El siguiente paso es llevar esta modalidad de contratación a otros productos que estén catalogados, por ejemplo, productos de papelería, etc.

Otro paso para reducir las fallas es certificar a los funcionarios públicos a cargo de compras, que sepan qué pueden hacer y qué no. Para la Contraloría, entre los errores más recurrentes en las compras está la falta de conocimiento de los servidores que no saben de compras públicas.