Como si persiguieran un propósito distinto, el sector público y privado maneja las adquisiciones de fármacos e insumos médicos de manera totalmente diferente.

“En el ámbito privado se prioriza la calidad y la relación costo-beneficio del producto. En ese sentido, las compras se hacen de manera directa al productor, sin intermediarios, que es lo que se presta en el sector público para situaciones no muy transparentes o inclusive los costos pueden verse afectados. El segundo punto es que hay instituciones a nivel privado, no todas, que incluso para optimizar los costos realizan importaciones directas, con lo cual se reducen aún más los costos”.

Raúl Alcívar, director general del Hospital Alcívar, de Guayaquil, y presidente de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador (Achpe), explica así cómo funciona el proceso de adquisiciones en este sector de la salud.

Un tercer aspecto, agrega, es tener una relación directa con proveedores o distribuidores de alto nivel, con empresas multinacionales, serias, “no con proveedores que han aparecido de la noche a la mañana, sino que ya tienen una trayectoria en el ámbito de provisión de insumos y medicamentos de calidad en el país. Y eso pues nos da un poco más de garantías”, añade.

Sin embargo, en los centros de salud privados que se dedican a la prestación de servicios externos al sector público como el Ministerio de Salud y el IESS, esta decisión depende del costo del producto y del abastecimiento del mercado.

“La producción local muchas veces es muy escasa, entonces en esas instancias toca recurrir a proveedores que importan el producto”, explica César Serrano, titular de la Red de Proveedores Externos de Salud.

Para ellos, todo depende de la necesidad del producto y de su disponibilidad en el mercado.

Además de compartir las claves o ejes del sistema de compras en el sector privado que pudieran ser adoptadas por el sector público, Alcívar agrega una sugerencia o recomendación.

“Así como los medicamentos tienen un tarifario, creo que los insumos y dispositivos médicos también deberían contar con un tarifario. De esa forma se pueden reducir ciertas acciones ilícitas como valores elevados en los insumos. No estoy muy seguro, pero creo que en los insumos es donde hay más problemas en sobreprecios que en los medicamentos”, explica.

Alude por una parte a la lista de revisión y fijación de precios de medicinas del Ministerio de Salud, así como al catálogo electrónico donde constan 397 ítems médicos con los precios ya establecidos para su compra.