CICLORRUTAS una vía hacia la movilidad sustentable

CICLORRUTAS una via hacia la movilidad sustentable

Hacer de las ciudades lugares más sustentables, está en boga en todas las regiones del planeta. Y en esa hoja de ruta, hoy se incluye el pasar de una cultura centrada en los automóviles a una que privilegie las caminatas y el uso de la bicicleta como medio de transporte. La mayoría de las ciudades ecuatorianas, entre ellas Guayaquil, están en ese proceso dirigido a alcanzar la movilidad sustentable. Que cuánto tiempo les tomará y que lo hagan por iniciativa de sus autoridades y habitantes -o porque hoy la ley de alguna manera lo obliga- es lo de menos.

Construir ciclovías o bicirrutas en cada calle o nueva avenida de nuestras urbes es, en todo caso, una tendencia en aumento en Guayaquil, Quito, Samborondón, Cuenca, Loja...

¿Pero estamos los ecuatorianos construyendo vías para ciclistas, de modo que brinden recreación, seguridad y una buena alternativa de movilización? ¿Pintar carriles para bicicletas sobre una calle ya hecha es una solución adecuada? Son preguntas necesarias en momentos en que vecinos como Colombia o Chile destacan por sus avances en este campo.

Francisco Toro, arquitecto de la empresa Gaga Construcciones, contratista de las ciclorrutas de la parroquia La Puntilla, del cantón Samborondón, explica que en los 2.600 metros de vías para ciclistas que tiene hoy esa zona, se ha cumplido con las medidas y requisitos que exigen las normas internacionales, con el fin de dar mayor seguridad a los usuarios.

En la parte constructiva, la bicirruta de la vía a Samborondón demandó excavación, retiro del material malo y un posterior relleno compactado. “Sobre eso se aplicó una subbase y base, de ahí se construyeron los bordillos para definir la jardinera y separar la ciclovía de la caminera o peatonal”, dice Toro.

En Guayaquil, como en otras urbes del mundo, hay soluciones mixtas. Hay ciclovías pintadas sobre calles, como la del malecón Simón Bolívar; están aquellas sobre las aceras, como la que tiene la av. Rodríguez Bonín; y las construidas con sus propias bases y pavimentos, por ejemplo en la vía a la costa.

Para Jorge Berrezueta, quien es director de Obras Públicas del Municipio de Guayaquil, los beneficios de las bicirrutas no tienen discusión. Pero este ingeniero civil, bajo cuya gestión de 22 años se han hecho puentes, cientos de calles y muchas otras obras del Guayaquil moderno, considera “ilógico” poner ciclovías en todas las calles, sin tomar en cuenta el tráfico pesado e intenso de algunas, la delincuencia en otras y la irregularidad que tienen ciertas vías para un recorrido continuo de las bicicletas.

Berrezueta pone como ejemplo arterias como la Rodríguez Bonín, donde el tránsito vehicular es tan intenso que representa riesgos para los ciclistas y en el caso de la inseguridad, habla de sitios riesgosos para el cicleo, como el acceso al Trinipuerto. “Por allí tendrían que ir grupos de veinte, treinta ciclistas para que no les roben, en el menor de los casos, la bicicleta”, acota el funcionario.

Para el Gobierno de Rafael Correa, el tema de las ciclorrutas es prioritario. A través del Ministerio de Transporte y Obras Públicas lleva a cabo el Plan Nacional de Ciclovías. Se trata de una estrategia para masificar el uso de la bicicleta, mediante la incorporación de infraestructura ciclista, programas educativos y campañas de comunicación “que permitan concebir a este vehículo como una opción de transporte cotidiano y seguro”.

Este plan destaca que el uso de ciclovías constituye una alternativa de transporte para aliviar la congestión vehicular; mejora el uso del espacio público; cuida el ambiente, la salud.

La ley también ampara a quienes se movilizan en dos ruedas. Artículos como el 209, de la Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial disponen, por ejemplo, el establecimiento de vías de circulación privilegiadas como ciclovías y espacios similares, dentro de las ciudades y carreteras.

Luis Gómez, arquitecto de profesión y presidente de la Confederación de Barrios del Ecuador y del gremio cantonal de Barrios de Guayaquil, considera que el establecimiento de las bicirrutas es parte de la ola de cambios que demanda el mundo en momentos en que sufre el cambio climático, la contaminación ambiental...

Y en el caso de los inconvenientes que supuestamente tienen ciudades como Guayaquil para poner ciclovías en todas sus calles, los planificadores urbanos creen que es posible superarlos, por grandes que sean, siempre y cuando toda la comunidad se una en torno a grandes objetivos como este y aporte soluciones. Gómez pone el ejemplo de Medellín, una ciudad colombiana que hasta hace poco era tierra de nadie y hoy es una de las más seguras.