El Paseo del Niño, un ritual característico en el Austro, se ha extendido a otros sectores del país. Es el caso de la comunidad San Jerónimo de Chongón, donde el pasado 9 de enero se realizó el chigualo montuvio, organizado por Janeth Lucas, moradora de la zona.

Lucas, de ascendencia manabita, llegó muy joven al sector. Gracias en buena parte a su entusiasmo y capacidad organizativa ha logrado mantener viva esta costumbre en el campo guayasense.

Anualmente, el fin de semana que sigue a la celebración del Día de Reyes, reúne a los moradores de su recinto, quienes acuden con sus hijos, a quienes disfrazan de María, José, los reyes y los pastores.

Varios vaqueros a caballo los escoltan mientras realizan el Paseo del Niño por las calles de Chongón.

Efectúan una larga caminata cantando los chigualos (cánticos montuvios dedicados al Niño Jesús y la Virgen) y levantan la fe católica en los habitantes que se aglomeran en los bordes de los caminos a ver el paso de esta procesión.

“Aquí el montuvio ha perdido sus características, se han adaptado en su gran mayoría a las costumbres mestizas. La cercanía de la ciudad y la influencia, entre otras cosas, de la tecnología y la modernidad, han contribuido para que se vaya alejando de sus costumbres autóctonas”, dijo Lucas a EXPRESO.

Sin embargo, es notorio en el lugar la tranquilidad del campo. Los moradores tienen sus fincas en las que cultivan especialmente maíz y otros productos de ciclo corto, además de frutas como la sandía.

“Aquí tratamos de no dejarnos influenciar por la ciudad. Especialmente los mayores, andamos a caballo, nos dedicamos a las faenas agrícolas, tratamos de autoabastecernos de lo que producimos, tomamos la leche de nuestras propias vaquitas, por ejemplo”, dijo con su típico acento montuvio Francisco Arellano, quien fue el encargado de llevar a los vaqueros a caballo para el evento. (F) RMO