
El camaron alimenta a la industria de balanceado
Inversión foránea. En los últimos años, firmas de EE. UU., Perú, España han comprado acciones o líneas de producción de negocios ecuatorianos.
Tras vencer la corriente de enfermedades, de baja producción y menos ventas, la actividad camaronera nutre a otros sectores con los frutos de su mejor época. En los últimos años, la industria de balanceado no solo ha venido expandiéndose en el mercado con un incremento en su producción, sino con la llegada de nuevas inversiones.
Ha sido un efecto dominó que para ciertos expertos inició con fuerza hace 5 años cuando Ecuador, en su condición de segundo proveedor mundial de camarón, incrementó su exportación aprovechando el problema de oferta de países asiáticos. Una dinámica que se tradujo no solo en mejores ventas para el país (de hasta $ 2.580 millones en el 2016), sino en una mayor demanda de alimento que motivó a que nuevos competidores arribaran a este mercado.
Firmas como Nicovita (Perú) o Nutreco (Holanda) llegaron a Ecuador en los últimos tres años a inyectar capital para producir balanceado. Una apuesta que no ha parado y que se reactiva con el anuncio de inversión de empresas, tanto locales como internacionales.
Entre ellas la de la norteamericana Cargill, que esta semana colocó la primera piedra para, en un terreno de 3,5 hectáreas en Durán, construir su planta. Con una inversión de $ 50 millones promete generar 180 plazas de empleo produciendo 165 mil toneladas al año, de las 600 mil toneladas de alimento balanceado que demanda el mercado acuícola en la actualidad.
El sector camaronero y las industrias que le secundan, explica José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, tiene una historia de inversión privada desde sus inicios. En momentos malos como cuando “este sector se ha visto golpeado por enfermedades y en momentos tan positivos y dinámicos como el de ahora.
Y no es para menos. Camposano recuerda la eficiencia con la que este sector ha venido trabajando para lograr recuperarse de los perjuicios que le dejó el virus de la mancha blanca. Los 80 millones de libras que el país logró vender en 1999, el año pasado se transformaron en 820 millones de libras de exportación.
El arribo de multinacionales al país no inmuta a la empresa nacional. Todo lo contrario, dicen los directivos de Agripac y Alimentsa, que califican a esta competencia como beneficiosa.
“Creo que ya los ecuatorianos hemos demostrado nuestra capacidad de poder procesar alimento con muy buena tecnología”, dice Roberto Boloña, gerente de Alimentsa, empresa que el año pasado incrementó su producción de balanceado en un 13 %, como fruto de las inversiones que ha hecho la empresa para mejorar su sistema de producción.
En el mismo camino está Agripac que, con una reciente inyección de $ 8 millones, aumentó la capacidad instalada de su planta Balanfarina, para procesar varios tipos de balanceado, entre ellos el que destinará al sector acuícola.
La planta, según contó a EXPRESO su presidente y fundador Colin Armstrong, pasará a procesar de 8.500 toneladas a 12.000 toneladas (solo para camarón), una meta que generará empleo a unas 30 personas. Según Armstrong, el incremento de la demanda de este tipo de balanceado en un 20 % al año, fue lo que lo llevó a dar este gran paso.
El desafío, explica, en un inicio es abastecer al mercado local, pero también empezar a exportar el excedente a Centroamérica, uno de los principales mercados del balanceado que se produce a nivel nacional. A Panamá, cuenta, ya le vendían antes, pero por una limitada capacidad productiva dejaron de hacerlo.
El problema sanitario de los asiáticos aún no superado y el tratado comercial firmado entre Ecuador y Europa hacen prever a las industrias de este sector que el volumen de ventas de camarón seguirá en alza y, por ende, inyectándoles dinámica.