
Armas, un debate sin fin
EE. UU. concentra casi la mitad del armamento civil del mundo. El miércoles un joven asesinó a 17 personas con un rifle. Los propietarios defienden su uso.
Scott Porter tuvo su primera escopeta a los 13 años. Era del calibre 20, como la de su hermano Ross. Su madre se la regaló por Navidad y con ella aprendió a cazar en su pueblo de Míchigan. La segunda llegó a los 18, calibre 22. Luego, cinco escopetas más. Con el paso del tiempo, el arsenal que creó con Ross, fallecido hace dos años, lo guarda en su casa de Luisiana y suma hasta 42 armas. Y cuando se le pregunta por qué rayos tiene tantas, responde con simpleza: “Solo es que me gustan, siempre he sido un cazador”.
El miércoles un chico problemático de 19 años, Nikolas Cruz, se presentó en su antiguo instituto de Florida con su rifle, descerrajó más de 100 tiros y segó la vida de 17 personas. Cada vez que ocurre una matanza así, a Porter le hierve la sangre porque resurge el debate de las armas, la pregunta de cómo es posible que, tras la enésima tragedia, Estados Unidos no ponga más controles.
EE. UU. supone menos del 5 % de la población mundial, pero posee más del 40 % de las armas de uso civil del planeta. Sin una cifra oficial, se calcula que hay cerca de 350 millones, más que habitantes en el país.
Cual vaquero del oeste, George L. Lyon abre la puerta de su casa en Washington con una pistola en el costado, sujeta en un cinto. Tiene una buena colección de armas. Instructor y abogado proarmas, litigó contra el Distrito de Columbia hace unos años y tumbó la prohibición de portarlas fuera del hogar.
“Un arma de fuego es como un extintor de incendios. Normalmente no lo necesitas hasta que lo necesitas de veras; es lo mismo con un arma”, dice. La adhesión de los estadounidenses a las armas tiene que ver, en parte, con particularidades del país. Scott Porter habla de su pasión por la caza; y otros muchos ciudadanos, de la necesidad de autodefensa.
Los activistas suelen citar un ejemplo: ¿Se le puede prohibir tener un fusil a una familia que vive aislada? Pero para los más nacionalistas, este derecho es un asunto identitario y cualquier crítica se interpreta como una amenaza al estilo de vida americano, idea que azuza la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas en inglés), gran defensora del argumento proarmas.
El derecho a las armas está consagrado en la segunda enmienda de la Constitución y no se discute en Estados Unidos. La polémica gira en torno a cómo se interpreta ese principio, qué cortapisas hay que ponerle, por qué ha dado lugar a un mercado tan laxo en el que un chico de 18 años al que no se le permite beber una cerveza tiene vía libre para hacerse con un rifle semiautomático AR-15, el mismo que usó Nikolas Cruz.
Gabriella Hoffman es miembro de la NRA y repite los argumentos tradicionales, a saber: no son las armas las que matan, sino la gente; incrementar los controles no servirá de nada si los crímenes los cometen personas malvadas que se saltan los que hay. Mucha gente pide más control, dice, “sin saber que las leyes vigentes ya previenen de comprar armas a ciertos delincuentes, agresores en el hogar, gente con pasado peligroso”. En el caso de la semana pasada, los partidarios de las armas señalan que el FBI no investigó al chico, pese a las advertencias recibidas.
La pregunta es cómo las fuerzas de seguridad van a controlar a todas las personas de riesgo en un país con más de 300 millones de armas.
Donald Trump acusa al FBI
El presidente de EE.UU., Donald Trump, admitió ayer que Rusia ha logrado su objetivo de sembrar el “caos” en el sistema político estadounidense, pero culpó de ello a la oposición demócrata y a los responsables de la investigación sobre la trama rusa, e instó al FBI a centrar sus recursos en otros temas.
Trump arremetió contra el FBI y sugirió que no fue capaz de prevenir el tiroteo del miércoles pasado en Florida porque pasa “demasiado tiempo” en la trama rusa.
Esta denuncia de Trump contra el FBI se produce en momentos en que el presidente enfrenta duras críticas por sus vínculos con la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso lobby de las armas de fuego en Estados Unidos.
Al respecto, los estudiantes que sobrevivieron al tiroteo de Florida anunciaron ayer la organización de una marcha el 24 de marzo en Washington para exigir leyes más estrictas de control de armas, luego de que la matanza de Parkland reavivó este recurrente debate en territorio estadounidense.