
Andrea Santos: vive apasionadamente su presente
Durante una cálida tarde, minutos antes de que el sol se oculte, con una amplia sonrisa y su infaltable té en la mano, Andrea Santos, de 31 años, estaba lista para platicar con SEMANA y recapitular cuál ha sido el proceso que tuvo que vivir para conver
Durante una cálida tarde, minutos antes de que el sol se oculte, con una amplia sonrisa y su infaltable té en la mano, Andrea Santos, de 31 años, estaba lista para platicar con SEMANA y recapitular cuál ha sido el proceso que tuvo que vivir para convertirse en una de las docentes de yoga más destacadas en la ciudad. Este hobbie, que llegó a ella como una herramienta para salir de una crisis de depresión, es ahora el pilar de su vida con el que además de ayudar a mejorar el estado físico de quienes lo practican, cambia positivamente la mente y el alma para toda la vida.
Sus inicios
En realidad, su cariño hacia el yoga no fue ‘amor a primera vista’. “A los 18 años lo practiqué pero no me gustó porque no entendía lo que estaba pasando durante la clase”. Sin embargo, a los 21 cuando se mudó a Madrid para estudiar Historia del Arte, el destino la volvió a unir con esta disciplina.
“Viví una fuerte etapa de depresión y mis doctores me recomendaron hacer yoga. Decidí ir nuevamente a una clase y fue allí cuando algo dentro de mí hizo clic”, asiente. Desde entonces, se convirtió en su principal terapia y su ‘mat’ (colchoneta de yoga) es el espacio seguro en donde deja a un lado las preocupaciones, ansiedad, y por fin puede sentirse bien.
Al finalizar sus estudios de arte en España, Andrea decidió viajar a Massachussets para certificarse como profesora de yoga (no tanto porque quería desempeñar esa profesión sino simplemente porque deseaba ahondar aún más en ese mundo) y al regresar a Guayaquil, dio clases de arte en un colegio de la ciudad. Pero al sentir que la docencia en esa institución no cumplía con sus expectativas renunció hace tres años, y con el apoyo de su esposo (Juan Carlos Plaza), decidió enfocarse a dar clases de yoga.
Movimiento digital
Actualmente con el seudónimo ‘Present Yogi’ tiene su propia comunidad en la red social Instagram (con más de 32 mil seguidores), en la que a diario cuenta sus vivencias personales, su testimonial de lo que sufrió al ser diagnosticada con depresión y trastorno de ansiedad generalizada, y cómo lucha por ser una mejor versión de sí misma. “Las personas que me escriben comparten que han pasado por lo mismo y que al saber que no son las únicas con esos problemas ya no se sienten solas”, detalla.
A lo largo de su carrera recuerda que ha dado clases a más de 500 personas y que está ansiosa de ayudar a cientos más. Otro de sus logros ha sido la creación de YogaBarr, un centro de bienestar integral en el que une clases de yoga, barre y pilates y “en donde no solo se hace ejercicio físico, sino que aprende a conocerse mucho más y ver una mejor perspectiva de la vida”.
“Mis momentos más oscuros son los que más luz me han traído”, escribió Andrea hace unos meses en una publicación de Instagram. Y es así como ella finalmente analiza todo durante esta tarde de té, porque para ella “todo lo negativo que se experimenta, sirve para aprender, crecer y tener otra perspectiva de la vida”.
Beneficios del yoga
Mejora la concentración, disminuye el estrés, incrementa la agilidad mental, fortalece los músculos y aumenta la flexibilidad, tanto mental como física. Estas son algunas de las bondades de esta disciplina. Al existir clases desde niveles básicos hasta más avanzados, pueden practicarlo todos los miembros de la familia, a partir de los tres años.
Andrea está especializada en el ‘functional power yoga’ (con secuencias enfocadas en aumentar la masa muscular y que, a lo largo de la sesión, van aumentando su intensidad progresivamente), pero existen otros estilos que hacen del yoga una opción completa. “Dependiendo del requerimiento de cada persona, los ejercicios pueden modificarse. Para los adultos mayores hay opciones de movimientos que pueden hacerse sentados en una silla para evitar inconvenientes”, recalca Andrea.
Detalles
-Libro favorito: Wabi Sabi, de la escritora Beth Kempton, en donde se comparten lecciones de vida inspiradas en la cultura japonesa. “Me parece una filosofía de vida interesante que puede ayudar a aliviar mucho el estrés y ansiedad”.
-Referente: El empresario experto en Marketing, Seth Godin. “Maneja los negocios desde una perspectiva muy ingeniosa, creativa y de él aprendo mucho”.
-Nutrición: Aunque en el pasado fue vegetariana y vegana (cuenta con una certificación en nutrición vegana por parte del Instituto de Ciencias de Nutrición y Salud, de España), ahora se inclina por una alimentación más intuitiva en la que deja a un lado las etiquetas y consume lo que su cuerpo le pide. “Ahora trato de ser más flexible en todo. Antes, al ser tan estricta, no comía fuera y me aislaba. Si comes bien, tienes más energía”.
-En Ecuador. Andrea considera que en el país existe un colectivo cada vez más grande interesado en el cuidado de la salud desde el punto de vista holístico, bienestar y en la práctica de esta actividad. “Aunque algunas personas pueden tener un poco de rechazo al pensar que está alineado netamente a la religión hindú, existen estilos más occidentales que están enfocados en el área física”, puntualiza.
Personal
- Tiene 31 años.
- Es licencida en Historia del Arte (Madrid).
- Especialista de yoga (estudió en Kripalu School of Yoga and Ayurveda, en Massachusetts).
- Frase favorita: “Vive el presente, el pasado ya fue y el futuro es incierto”.