“Nos intentaron sobornar. Nos amenazaron porque no seguimos renovando uno de los contratos más nefastos para Ambato, que fue el convenio de los fotorradares”, mencionó en parte de su discurso Diana Caiza, alcaldesa de Ambato, cuando daba por culminado el contrato de los fotorradares en la capital de Tungurahua.

El acto simbólico se realizó en la avenida Bolivariana, cerca del estadio alterno Neptalí Barona, en el sur de la ciudad. Hasta el sitio acudieron representantes de los gremios transportistas, representantes del turismo, mercados, barrios y parroquias.

A las 15:00 del martes 15 de abril se retiró el poste con el dispositivo de vialidad. Se necesitaron diez hombres y hasta una grúa para retirar el poste.

Los fotorradares funcionaron en Ambato durante 10 años y estaban a cargo de la concesión de la empresa Safety Enforcement Seguridad Vial.

De acuerdo con la Dirección de Tránsito Municipal, durante todo este tiempo la empresa recibió 36 millones 354 mil 806,89 dólares por concepto de multas. De esa cifra, el 60% se llevaba la empresa y el resto para la Municipalidad, aseguró la alcaldesa.

Entre vivas y aplausos, muchos conductores y comerciantes apoyaron que se culmine el contrato de los radares. “Este fue el negocio más redondo que hicieron quienes autorizaron el contrato. Se llenaron los bolsillos y Ambato dejó de ser visitada por los turistas. Nuevamente hacemos el llamado a que inviertan y que visiten la ciudad”, resaltó Caiza.

Para evitar accidentes por el exceso de velocidad, el gremio de transportistas hace el llamado a la educación vial desde los niveles primarios y a aumentar los meses de cursos para adquirir una licencia.

Mientras que, desde la Municipalidad, Rodrigo Mungabusí, de la Unidad de Tránsito Municipal, aseguró que han tomado alternativas para el control de la velocidad, una de ellas es colocar señalética horizontal y vertical en sitios donde funcionaban los fotorradares.

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