En Quito, capital de la República del Ecuador, aún hay sectores que pese a su cercanía con el centro de la ciudad viven aislados de esta. Ocurre con el barrio El Pinar Alto 2, en el occidente de la urbe, pues en el sitio no cuentan con una calle o un puente que los conecte con el resto del distrito metropolitano.

La realidad de este barrio, según cuentan sus moradores, se reduce a contar apenas con un estrecho sendero, junto a una quebrada, para entrar o salir de sus casas.

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José Rafael Cepeda, uno de los habitantes de la zona, comenta que todos sufren por esta situación, especialmente las personas de la tercera edad, porque este accidentado camino se interrumpe a pocos metros de llegar a sus hogares, ya que en el centro hay una propiedad privada por la que es prohibido pasar.

Tampoco pueden intentar cruzar, porque este predio cuenta con un cerramiento que tiene alambres de púas. Por ese motivo, para evitar problemas con los dueños, los moradores tienen que prolongar su camino a casa, entre diez minutos (quienes tienen buen estado físico) y media hora, porque deben tomar unas largas escalinatas hasta llegar a la parte alta de un cerro, para quienes tienen dificultades en su salud. Luego de eso avanzar un poco más de cien metros para nuevamente descender si es necesario.

Pero si se pensara en utilizar algún medio de transporte alternativo, la opción también está descartada. Así lo sostiene Cepeda, quien asegura que ni siquiera una bicicleta pueden tener, porque sería una carga adicional a la hora de tener que subirla por las pronunciadas escalinatas.

Nancy Sangucho coincide con su vecino. Ella también lidia con este malestar desde hace años y explica que en caso de presentarse una emergencia, la situación podría ser muy grave, porque no hay manera de que entidades como el Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja o Policía Nacional puedan llegar en sus vehículos, poniendo en riesgo a quienes habitan en el lugar.

Por eso, si alguien enferma o sufre algún percance, los vecinos deben unirse para ayudar a que la persona afectada sea llevada rápidamente a un sitio en el que puedan tomar, por lo menos, un bus o un taxi. Aunque otra alternativa para estas personas recae en rezar al Todopoderoso para evitar caer en manos de alguna enfermedad o dolencia, porque la probabilidad de no ser atendido es mayor, por la inaccesibilidad que por la rapidez con que actúen los organismos de socorro.

Los moradores también indicaron que a pie, los sectores más cercanos son La Chorrera, la parte baja de El Pinar, el Mirador de Humboldt, entre otros. Desde ahí, ellos pueden descender a las zonas en las que hay transporte público para realizar todas las actividades que necesiten.

“Quisiéramos un camino que nos lleve directamente a una calle, en la que podamos pedir ayuda en caso de emergencia. Aquí sobrevivimos alejados de la ciudad, sin poder salir de forma rápida”, afirma Sangucho.

Los dirigentes barriales también se han unido para pedir ayuda a las autoridades, por lo que esperan que sus pedidos sean atendidos de forma urgente, antes de que ocurra una tragedia y no puedan contar con la ayuda necesaria.

Pese a que los habitantes de este barrio conocen que no han podido ser regularizados por el Municipio de Quito, manifestaron que han acudido a las autoridades para que les ayuden con una obra, la misma que es imposible ejecutar por no contar con este proceso legal. 

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