Repensar a Quito. Reorganizarla para que funcione con orden, articulación y en un ambiente seguro. O hacer una reingeniería para poner en orden la casa, han sido alternativas que, a lo largo de este 2022, expertos en movilidad, urbanismo y seguridad han hecho para mejorar las condiciones de vida de los capitalinos.

Según la Fiscalía General del Estado, de enero a junio de este año se cometieron, solo en Quito, 7.600 robos. De estos, 736 fueron a domicilio, 3.278 a personas, 1.351 a bienes, 928 de motos y 699 de unidades económicas.

Pero el tráfico vehicular, las condiciones del transporte público y la inaccesibilidad al metro de Quito son otros puntales que limitan el desenvolvimiento ciudadano.

También se conoció que el 75 % de la población que es cercana a tres millones de habitantes, utiliza transporte público y que un gran sector está inconforme con el servicio, debido a la incomodidad que implica el desplazamiento.

Ante estas problemáticas que son las que más aquejan a Quito, EXPRESO consultó con algunos ciudadanos para conocer cuáles son sus anhelos y aspiraciones para el 2023, tomando como principio el ingreso de una nueva administración al salón municipal, en mayo próximo.

William Carvajal es empleado privado y recorre gran parte del norte de la ciudad. Pese a que es consultado en un día soleado y apacible, su carácter no está en similares condiciones. El tráfico, de al menos dos horas, que enfrenta todos los días para llegar a su trabajo o retornar a su hogar desde el sur de Quito lo saca de quicio, afirma.

“Se necesita que tomen medidas serias y urgentes ante esta situación. Esperaría que eso pase y que en la nueva administración ingresen personas capaces, aptas y con conocimiento; no solo gente política como la que tenemos ahora que no tienen idea dónde están parados. En Quito hay mucho por hacer”.

Mónica Martínez se suma a los deseos de Carvajal. Y desde su punto de trabajo, ubicado en la zona de La Mariscal, centro norte de la ciudad, ella guarda la ilusión de que las autoridades que ingresen al Municipio, al menos se tomen el trabajo de recorrer los rincones de Quito para conocer las necesidades.

Más de una década, esta mujer de casi 45 años presta sus servicios como cuidadora de carros, en la zona azul (sitio de parqueo municipal pagado) y desde este lugar ha sido testigo del avance y alcance del hampa.

“Me gustaría que el alcalde venga para que vea cómo La Mariscal se ha muerto por tanto ladrón que llega desde las 18:00 a apagar lo lindo que es en las mañanas. Incluso en los buses no hay seguridad de nada. No se puede ni sacar el teléfono ante una emergencia porque ya estamos expuestos al arranche. Necesitamos que las autoridades nos volteen a ver a la gente de a pie para que apliquen ordenanzas fuertes y recuperemos la seguridad de la ciudad”.

Marco Asto es comerciante autónomo. Para él, la esperanza de un cambio es lo último que se pierde. Y hace un llamado a la gente para que sigan con la ilusión viva de que Quito volverá a ser una ciudad llena de luz, seguridad, progreso y oportunidades.

“Pienso que mucho depende de los políticos que nos gobiernen. En eso también tenemos parte a la hora de elegirlos. Pero lo más fuerte está en cada uno, en saber que cada acción influye en la sociedad. En la formación de valores. En el respeto. El sentido de comunidad. Espero que el año que viene, Dios nos guarde con un buen alcalde y buenos concejales para que recuperemos lo que un día fuimos”.