“Me dijo: ¡Regálame una naranja! Le di una manzana, no quiso y sacó de la chaqueta un cuchillo. No se asuste, tranquilo, solo voy a pelar mi naranjita, dijo. Y ahí mismo dentro del local, con su cuchillo matachancho, se puso a pelar. Imagínese”, relata Santiago (nombre protegido) habitante del barrio San Gregorio, en Chillogallo, al sur de Quito, donde los robos son constantes.

Su local comercial fue asaltado en tres ocasiones, incluso con armas de fuego. En el último robo, su esposa se encontraba sola en la tarde. Los antisociales se llevaron 200 dólares, bajaron la puerta lanfor con ella dentro y huyeron en un vehículo.

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La Policía llegó 40 minutos después. Susurra que en el barrio hay una casa donde se vende droga, pero nadie puede decir nada. Los robos ocurren entre las 05:00 y 06:30; y desde las 18:30 en adelante.

Los moradores denuncian que la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de San Gregorio pasa cerrada. Piden al Municipio y a la Policía Nacional que la UPC se reactive las 24 horas. Willams Basantes, presidente del barrio, explica que la UPC está en condiciones y “no tiene servidores policiales”.

En la UPC deberían estar mínimo tres policías permanentes, pero solo rotan. La Comandancia del Distrito Metropolitano dice que los policías designados al circuito Chillogallo son 47. Pero hay solo 19 policías, de ellos ocho nuevos sin dotación de armas, para atender a todo el circuito, que tiene seis bases, otros servidores se encuentran de comisión, según información del propio personal.

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La Secretaría de Seguridad del Municipio, en coordinación con la Policía, ejecuta el proyecto ‘Una UPC más para Quito’. En la primera fase, hasta diciembre, se rehabilitará 108 de 302 UPC existentes con una inversión de alrededor de un millón de dólares. Se han entregado 19 UPC, con una inversión de 225.000 dólares.

El proyecto se financia con la tasa de seguridad que se cancela anualmente en el impuesto predial. Este año, ese rubro asciende a 7,3 millones de dólares, aproximadamente. Pero el Municipio invertirá cerca de 13 millones para el área de seguridad. La segunda fase del proyecto se analiza en mesas de trabajo.

La UPC de San Gregorio no se incluye en este proyecto porque no está cerrada totalmente. Se realizó una mesa de trabajo y la recuperación de un espacio alrededor de la UPC este sábado, solventó la Comandancia.

“El Municipio puede tener las intenciones de rehabilitar todas las UPC, pero no nos sirve de nada si la propia Policía no asigna mayor contingente humano”, dice el concejal Michael Aulestia, miembro de la Comisión de Seguridad de Quito.

Pidió a los bloques de la Asamblea Nacional priorizar un proyecto borrador para hacer reformas que permitan armar a los agentes metropolitanos y municipales con armas disuasivas, no letales.

Minga de recuperación. Los moradores de San Gregorio, policías del circuito Chillogallo y personal técnico de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones limpiaron este sábado el parque, la quebrada, los alrededores de dos puentes que conectan con otro barrio, cercanos a la UPC. La zona se convirtió en guarida de posibles delincuentes.

La medida no es suficiente. Los habitantes piden que las autoridades coloquen cámaras de vigilancia y que la UPC tenga una ubicación más estratégica. Los policías cuentan con un vehículo, una motocicleta y ven necesaria una rehabilitación de la UPC.

Iñaquito, La Ecuatoriana, Solanda y El Mirador son los sitios más inseguros, según el índice delictivo que maneja la Comandancia.

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