Quito

procesión Jesús del Gran Poder
Interminable. Tras dos años de pandemia, miles de creyentes esperaron el paso del Santo para alabarlo.Gustavo Guamán

Procesión: Quito se aferra a su fe en Jesús del Gran Poder

1.500 cucuruchos y Verónicas participaron en este acto religioso. Por la estabilidad política, empleo y salud se hicieron las plegarias 

Saldar cuentas con el Todopoderoso o hacer un sacrificio a cambio de una bendición suya fueron parte de las consignas de los cientos de fieles creyentes que participaron como cucuruchos o Verónicas en la procesión Jesús del Gran Poder, llevada a cabo este viernes 7 de abril, en el Centro Histórico de Quito.

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Este evento religioso, propio del Viernes Santo, es uno de los más esperados e importantes para los capitalinos, quienes recorren varias calles del Centro Histórico con los trajes de ambos personajes (cucuruchos y Verónicas), imágenes en sus manos, cadenas atadas a sus pies, descalzos, semidesnudos o cargando cruces pesadas, en señal de penitencia o agradecimiento.

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La fe es lo primero que se pone a prueba en este recorrido extenuante que atraviesa más de 10 manzanas, algunas en cuesta, en medio del inclemente clima de la capital y ante la mirada de miles de espectadores que murmuran cuál debió ser el pecado cometido para que el sacrificio que hacen sea proporcional.

Ana Guamán cubrió su rostro con un pañuelo lila. Al ser una Verónica, representa a aquellas mujeres que lloraron por Jesucristo en el Vía Crucis que enfrentó camino a la cruz. Es la primera vez que Guamán realiza este ritual católico. La necesidad de un milagro la acercó a Dios hace dos años.

procesión Jesús del Gran Poder
Agotador. Tras dos horas de recorrido, el cansancio hacía de las suyas.Gustavo Guamán

“Necesito pedirle a Jesús del Gran Poder por mi hijo de 30 años. Él está preso por acoso sexual, pero yo sé que es inocente. Mi corazón no se equivoca y necesito que el Señor me escuche y reciba esta procesión como una ofrenda. Es un dolor tan grande, pero sé que Dios jamás nos abandona”, relató la mujer.

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Los agradecidos también se dieron cita este viernes 7 de abril en los exteriores del colegio San Andrés, desde donde partió el acto católico.

Miguel Tufiño llegó desde Sangolquí, a las 07:00. Su espalda y pies estaban descubiertos y en sus muñecas llevaba atadas unas cuerdas para golpear su espalda mientras realizaba el recorrido. Su objetivo era mostrar humildad y agradecimiento al Creador, quien le hizo un milagro hace 19 años y hasta hoy sigue pagando su promesa.

“A mi papá lo asaltaron y del golpe que recibió perdió la memoria. A Jesús del Gran Poder le pedí el milagro de que lo salvara y a los dos días me cumplió. Desde entonces jamás le fallo. Así llueva o haga sol nada me impide cumplirle, porque él es mi fortaleza”, finalizó el creyente penitente.