
Parque de las Tripas en Quito: sabor callejero por $5 que enamora a todos
El Parque de las Tripas en Quito ofrece platos típicos y se convierte cada tarde en una fiesta de sabor y tradición
En el Parque Navarro, mejor conocido como el Parque de las Tripas, la gastronomía callejera se convierte en una fiesta diaria que reúne a vecinos, oficinistas, estudiantes y fanáticos del buen comer.
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En el corazón de La Vicentina, una esquina de Quito se ha ganado el título de leyenda urbana. Se trata del Parque Navarro, aunque nadie lo llama así. Para propios y extraños es el Parque de las Tripas, un punto de encuentro donde el olor a fritada y el crepitar de la parrilla anuncian que el hambre se combate con sabor, sazón y comunidad.
Desde las 16:00, la rutina del parque cambia. Las bancas bajo los árboles y los juegos infantiles dan paso a la transformación: decenas de puestos callejeros despliegan su arsenal culinario y comienza el desfile de aromas. Aquí, por cinco dólares, no solo comes: te reconcilias con la ciudad y sus placeres más simples.
El menú que conquista Quito con cinco dólares en el bolsillo
- Guatipollo ($4): mezcla de guatita y pollo con arroz.
- Fritada con mote y cuero crocante ($4): un clásico infalible de la cocina popular.
- Tortilla de papa con cola ($4,75): combinación casera y contundente, entre las más pedidas por los comensales.
Sin mantel ni mozo, pero con música y calor de barrio
Las veredas se llenan de risas, filas y conversaciones cruzadas. No hay mesas elegantes ni cubiertos de plata, pero cada puesto se convierte en una extensión del hogar. Algunos comerciantes incluso llevan parlantes: suena la cumbia, el reggaetón o la música nacional. La escena recuerda a una kermés barrial, con sabores, sonidos y rostros que le dan identidad al lugar.
La tecnología también se hace presente: muchos locales aceptan pagos por transferencia, una modernidad que convive con la tradición sin roces.

Sabores que quitan males... hasta los de amores
Clientes fieles como Ana Cristina Hidalgo lo confirman: “Por cinco dólares uno se saca el estrés, el hambre y hasta el mal de amores. Si vengo triste, salgo cantando”, dice entre cucharadas de miel. A su lado, Don Luis Simbaña, vecino de la zona, lo resume mejor: “Es la alegría de la semana. Si no me encuentran, búsquenme aquí”.
El Parque de las Tripas abre todos los días de 16:00 a 22:30, en la intersección de Ladrón de Guevara e Iberia. Y aunque a veces hay que hacer fila, nadie se queja. Porque este rincón no solo alimenta el estómago: alimenta el alma.
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