Las avenidas Colón, Napo y Morán Valverde estarán cerradas por tramos, durante los próximos seis meses. El plazo es extenso porque se colocará pavimento rígido, cuyo tiempo de fraguado es de 21 días.

Con el inicio de estas obras, vino la confusión para los conductores y en mayor grado para los usuarios del transporte público. Muchos incluso han pasado por sustos debido a los cambios en las rutas de los buses urbanos. Un ejemplo es el de la avenida Colón, que conecta el oriente con el occidente de la ciudad y desde allí avanza hacia el norte, centro o sur.

Diana Macas es una moradora del sector de Las Casas y tiene dos hijos. El mayor, Mateo, de 17 años, estudia inglés por las tardes en un instituto en el sector de La Mariscal.

Normalmente tomaba el bus en la parada de la Colón y 6 de Diciembre, pero esta semana, luego de esperar unos 20 minutos junto a otro grupo de pasajeros que también necesitaban transporte, decidió caminar hasta la Amazonas.

Eran cerca de las 17:30 cuando un hombre de unos 35 años lo abordó y le tocó la espalda. Tras preguntarle si conocía una pista para patinetas en la zona, le dijo: “Bro, no te voy a hacer nada. Soy de los Latin Kings de la Vicentina. Estoy buscando a alguien de otra banda que está robando a las personas que andan por aquí y quiero frenarle. Tú eres de ellos, ¿no?”.

El joven le respondió que no, pero el hombre lo siguió y le hizo más preguntas, hasta que llegaron a la Amazonas. Mateo logró alejarlo, mezclándose con los otros pasajeros que también buscaban transporte.

Otro día, a la salida del colegio, al mediodía dos hombres se subieron al bus para pedir ‘contribuciones voluntarias’ a los pasajeros, a cambio de no ser asaltados. Tras ese susto, sus padres decidieron contratar un recorrido privado que lo lleve seguro y tranquilo, al menos entre el colegio y su casa.

Para su madre, estos problemas se dan por falta de controles y porque cuando se hacen obras, no se informa a los usuarios para que sepan de los cambios temporales y puedan planear sus viajes con anticipación, para evitar problemas.

Según la Secretaría de Movilidad del Municipio, los cambios en las rutas de buses se deciden según las obras que realiza la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) y son temporales.

En estas tres vías se colocará hormigón armado, porque requieren de una capa de rodadura más resistente, para soportar un tránsito vehicular de entre 15.000 y 45.000 vehículos diarios, según el caso.

Esta técnica y este material cuestan tres veces más que el asfalto pero, según la Epmmop, el mantenimiento que requiere es mínimo y puede durar entre 40 y 50 años antes de necesitar un cambio. Por otro lado, el asfalto dura entre 10 y 20 años, dependiendo de la carga vehicular y otros factores como el clima, por ejemplo.

Está previsto que los trabajos en estas vías concluyan en septiembre próximo. La intervención se hará en fases, para permitir una circulación parcial.

Por estos días, no hay sector de Quito donde se pueda transitar sin encontrarse con un cierre vehicular. Según la Epmmop, actualmente están en marcha obras de repavimentación en 43 frentes de ejecución, tanto en el área urbana como en parroquias rurales del Distrito.

De ellas, 14 son de administración directa y las demás están bajo contrato. En total, la inversión de la fase 1 en toda la ciudad es de $ 17,2 millones e incluyó trabajos en 46 tramos viales, que suman 50 kilómetros.

Dentro del área urbana hay trabajos en sectores como El Ejido, El Labrador, San Isidro de Guamaní, San Martín y Buenaventura Alta. También se están ejecutando trabajos en las vías aledañas a las estaciones del metro de Quito.

En las parroquias rurales están en marcha obras en Puembo, Pifo, Conocoto, Alangasí, La Merced y El Quinche.