La vida de las familias que habitan en el sector de la avenida de Los Conquistadores transcurre en medio del ruido de las máquinas y el polvo. Son las 10:30 y los rayos del sol queman a los habitantes de El Cebollar.

El viento a esa hora también es el protagonista. Una nube de polvo cubre las viviendas de este sitio del extremo oriente de Quito. Para los moradores ese es el panorama de todos los días, sobre todo en esta época del año, donde las lluvias son escasas y la situación empeora con los trabajos que se están realizando en esta vía.

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En esta zona se construye una alternativa vial como solución ante el deslizamiento de tierra que se produjo el 17 de junio de 2023 y destruyó un tramo de la avenida de Los Conquistadores que conecta a Quito con el valle de Cumbayá y Tumbaco.

Según datos del Municipio, 4.000 metros cuadrados resultaron afectados y obligaron a cerrar un tramo de ese punto de acceso. A conductores y habitantes estos cierres les han causado varios inconvenientes. El principal problema es que los trabajos dejaron sin servicio de transporte público.

Los vehículos que circulaban por la avenida de Los Conquistadores tuvieron que modificar su ruta y los habitantes deben caminar de 15 a 30 minutos para tomar los autobuses que se dirigen hasta Cumbayá o al centro norte de Quito. Este es el caso de Jenny Morales, su rutina diaria que iniciaba a las 06:00 cambió hace cinco meses. Debe madrugar una hora más para alistar a sus hijos y acudan a la escuela.

Son 15 minutos que deben caminar, en su trayecto se encuentra con otros vecinos que deben esquivar las piedras y el polvo. Miran la hora, los minutos transcurren muy rápido y deben apresurar el paso para llegar a la avenida Simón Bolívar a la altura del puente de Guajaló. Otros deben caminar más de un kilómetro para llegar a Cumbayá y tomar una serie de vehículos que los conduzcan hacia su destino. Este viacrucis se repite todos los días.

A esto se suma la inseguridad, las personas se deben enfrentar a los robos debido a que existen zonas boscosas y desoladas. “Hay incidentes como robos y asaltos a los estudiantes que caminan solos por este tramo, la semana pasada se dieron varios casos, porque no existe presencia policial”, relata Sonia Aguilar, moradora del sector.

A Segundo Morales, de 80 años, no le disgusta caminar, al contrario, su médico de cabecera le aconsejó que sus caminatas sean diarias.

Su preocupación se centra en el derrumbe que ocurrió a pocos metros de su vivienda y aproximadamente a un kilómetro de la construcción de la nueva arteria vial. Relata que han sido varias las solicitudes hacia el Municipio de Quito para que también de solución a su problema. Morales pide que construyan un muro de contención en la montaña, que con la lluvia y las impericias del clima la tierra ha ido cediendo durante este año.

Como respuesta, el Municipio colocó una malla de varillas y unos contenedores de cemento que evita que la tierra cubra la vía. Dice que esta medida no fue la solución porque entre la montaña y los árboles se encuentra una piedra gigante que está a punto de caer. El adulto mayor siente temor de que exista otro deslizamiento y ponga en riesgo su vivienda o a los transeúntes.

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Por parte de las autoridades municipales le advirtieron que una vez que concluya la obra vial analizarán el pedido para construir un muro o cubrir de hormigón. “Si existe un derrumbe no solo afectaría a mi vivienda, también las de los vecinos, tendrían que nuevamente cerrar la vía y sería otro año de vivir entre el polvo y la inseguridad”, menciona.

Los vecinos denuncian que a lo largo de la vía se producen deslizamientos de tierra que ponen en alerta a quienes transitan por la avenida de Los Conquistadores. Además, existe una constante polución provocada por el paso de las volquetas y los deslizamientos. Solicitan que también se dé atención a esta problemática.

Los negocios también se han visto afectados, de los cinco locales que existen en este tramo solo uno está abierto al público. Su propietaria relata que con un balde recoge agua y la esparce en el patio para evitar que la tierra del piso ingrese a su local.

Según la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) hasta la actualidad tienen un avance del 51%. Se tiene previsto que la obra concluya a finales de diciembre del 2023.

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