Emergencia por falta de agua en Quito: largas filas y creciente malestar ciudadano
Vecinos del sur de la capital enfrentan una severa crisis por la suspensión del servicio de agua potable
Desde muy temprano en la mañana del viernes 11 de julio, escenas de desesperación y organización comunitaria se repitieron en varios barrios del sur de Quito. Con recipientes en mano, cientos de vecinos formaron largas filas para abastecerse de agua potable, tras la suspensión del servicio provocada por un deslizamiento de tierra que dañó una tubería clave del sistema Mica–Quito Sur.
En el barrio Pueblo Unido, al sur de la capital, la jornada comenzó con una fila de personas que, a las 07:00, ya se extendía por casi una cuadra. Un tanquero de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) había llegado al sitio, pero el número de personas que requerían el líquido vital desbordó cualquier previsión.
“Estamos desesperados. Aquí nadie quiere respetar la fila, por eso me puse a organizarla”, contó Jazmín Hernández, vecina del sector, mientras indicaba con firmeza a los moradores cuándo era su turno. Su labor improvisada buscaba evitar altercados y mantener el orden en medio de la angustia.
Fuentes naturales como alternativa
La emergencia también obligó a algunas comunidades a buscar fuentes alternativas, aunque no siempre seguras. En el barrio Rumihurco, al no llegar los tanqueros, los vecinos recurrieron a una vertiente natural cercana.
“Nos organizamos para sacar agua de esta fuente, pero no sabemos si es potable. Lo hacemos por necesidad”, dijo uno de los moradores, mientras llenaba bidones junto a otros vecinos. Aunque improvisada, esta solución temporal refleja el nivel de urgencia con que las comunidades están enfrentando la crisis.
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Filas desde la madrugada
En el sector de La Lucha de los Pobres, al sur de Quito, los residentes comenzaron a formar filas desde las 05:00 en la intersección de las calles Baltazar Chugá y 21 de Agosto. Hombres, mujeres y niños, abrigados contra el frío, esperaban con baldes, botellas y tinas. Para las 10:00 aún no llegaba el tanquero, pero personal municipal se acercó a informar que el abastecimiento llegaría en aproximadamente una hora.
“Estamos desde la madrugada esperando, pero nada. Necesitamos saber cuándo van a llegar, tener al menos un cronograma”, reclamó una madre de familia que había acudido con sus tres hijos.
