Planificación versus tragedias

Pero no es la mala suerte lo que origina estas catástrofes, sino la falta de planificación de las instituciones y autoridades del Gobierno central y de los seccionales.

El aluvión de La Gasca es la más reciente tragedia que encabeza la lista de desastres que se han dado en el país: la caída del puente en la vía Montecristi-Jipijapa; los deslaves en la Cuenca- Molleturo; el socavón de Zaruma; el desbordamiento de ríos en Cotopaxi y Guayas; la contaminación de 21.000 ha en la Amazonía por la fuga de petróleo; las inundaciones en Durán y Salitre; la erosión del río Coca que amenaza la central hidroeléctrica... Pero no es la mala suerte lo que origina estas catástrofes, sino la falta de planificación de las instituciones y autoridades del Gobierno central y de los seccionales, que simplemente reaccionan ante calamidades, dan soluciones parche, y que en muchos casos, operan en función de intereses propios, dando paso a la corrupción.

No solo la pérdida de vidas constituye una tragedia, también lo son las casas y enseres destruidos, las cosechas malogradas, las bajas en la ganadería, la contaminación irreversible de fuentes de agua y grandes extensiones de tierra, el aislamiento de poblados... pues implican la afectación del medio ambiente, del modo de vida y sustento de las comunidades, y del futuro de las generaciones por venir. Basta de improvisación, negligencia y publicidad vana. Trabajo honesto y planificación es lo que se requiere.