Han sido lamentables las recientes intromisiones de unos sectores públicos en las competencias de otros. Aunque pudiesen darse o elaborarse artificiosas razones para justificar los anómalos comportamientos, finalmente nada los justifica, y solo da lugar a situaciones confusas que perjudican la imagen de eficiencia de todos.

Queda claro una vez más, que pretender lograr réditos políticos de situaciones graves como las que actualmente afectan al pueblo ecuatoriano, es una búsqueda torpe e ilusoria que solo sirve para identificar el desviado comportamiento utilitarista de quienes así proceden.

Por el contrario, son tiempos de altruismo, de manifestaciones filantrópicas que, por supuesto, enaltecen la personalidad del funcionario o del ciudadano que las practica. Si todos cumplimos bajo la conducción de los especialistas del Gobierno las medidas que se nos indique tomar, pronto lograremos controlar la pandemia o, al menos, apaciguar sus efectos en beneficio del conjunto de la población.

Desde nuestras respectivas ubicaciones sociales, todos tenemos una magnífica oportunidad de cumplir con la República y ser solidarios con nosotros mismos y con nuestros familiares y amigos. No la desperdiciemos.