Guayaquil y lo fluvial

Ningún historiador, antropólogo, sociólogo o economista puede atreverse a negar el nexo de la fluvialidad, del gran Guayas y afluentes.
Histórica, económica, medioambiental, ecológica y socialmente, Guayaquil, como ciudad-puerto, provincia y región tiene una memoria de larga duración de la relación-vínculo con la fluvialidad y el valor agromercantil que crea la cuenca del Guayas. Ningún historiador, antropólogo, sociólogo o economista puede atreverse a negar el nexo de la fluvialidad, del gran Guayas y afluentes. Quienes ayer y hoy ignoran esta situación, que también es agromercantil y geopolítica, siempre darán muestra y evidencias de crasa incapacidad. Cuando la interpretación nos lleva a una perspectiva sociotemporal (de siglos), descubrimos que Guayaquil-provincia del Guayas, tienen ese nombre por su histórico vínculo con la fluvialidad del gran río Guayas y afluentes. Incluso, la condición portuaria de ayer y hoy tiene que reconocer que ellas han llegado a ser lo que son por la riqueza hídrica y los productos que sus ríos proporcionan.
La historia de la ciudad-puerto-provincia está marcada por la presencia de piratas que la asediaron, asaltaron y quemaron. No fue por gusto que lo hicieron. Entraron por el mar y penetraron por el río. Uno y otro les enseñaron que la riqueza agromercantil de Guayaquil provenía de sus vínculos estrechos con el ecosistema hídrico de un enjambre de ríos que nutren la dualidad mar y río que históricamente define y caracteriza al Guayaquil real.
Importantes estudios, que la historia registra como aportes, reconocen la identidad agromercantil, marítima y fluvial que tiene la ciudad y provincia. Ellas son: Dionysio de Alsedo y Herrera (1741), Jorge Juan y Antonio de Ulloa (1747-1748), Antonio de Alcedo (1760), Francisco Requena (1774), Andrés Baleato (1820), Pedro Carbo (1881) y los historiadores: María Luisa Laviana Cuetos (2002), Dora león Borja (1976) con Adam Szaszdi (1964), Michael Hamerly (1973). Y los fallecidos: Julio Estrada Icaza (1972,1973 y 1994), José Antonio Gómez Iturralde (1997, 1998, 2005, 2006). Ante el tribunal de la historia, Guayaquil justifica su fluvialidad y quienes omiten esto falsean y destruyen su memoria e identidad. Quienes ignoren esto, sin duda, son aquellos que desde ayer a hoy, como los correístas ignorantes, destruyen la identidad y fluvialidad del grandioso Guayas y Guayaquil.