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La ciudad-puerto y la cuenca del Guayas

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Hay dos formas de abordar la relación. Primera, la más conocida y sencilla, es verla como la institución creada en 1965 como Cedegé para estudiar esa zona hídrica del litoral

Hay dos formas de abordar la relación. Primera, la más conocida y sencilla, es verla como la institución creada en 1965 como Cedegé para estudiar esa zona hídrica del litoral. Pero no es la más adecuada. La segunda, más objetiva, rastrea su historia, medioambiente, ecosistema y la diversidad de recursos naturales que tiene. La comprende y explica como realidad histórica anterior a la institución. Desde esta perspectiva, se requiere un acercamiento racional, interpretativo, comprensivo y explicativo. Solo así llegaremos a la evidencia de lo que realmente es: una inmensa masa geohídrica (34.500 km2), regada por infinidad de ríos y riachuelos, que hacen de esta tierra una de las más ricas y feraces del Pacífico Sur. Desde la colonia al presente hay abundante documentación, informes, estudios, descripciones y comprensiones-explicaciones de lo que realmente es. La más antigua es de Dionisio Alcedo y Herrera (1741). El informe no tiene la denominación de cuenca del Guayas sino de Compendio Histórico de la Provincia de Guayaquil. Contiene una descripción de lo que es y más tarde se designará con tal nombre. Será comprendida como una inmensa fuente y matriz hídrica que sustenta históricamente la dinámica de la economía agromercantil de exportación. Sin ella las épocas cacaotera, tabacalera, bananera, arrocera, azucarera, etc., de Guayaquil y de las actuales frutas tropicales, no serían posible.

Esto nos enseña que esta inmensa matriz hídrica tiene 7 cuencas y 423 subcuencas. Es el hábitat natural de la sociedad, la agroalimentación interna y agroeconomía de exportación. Hoy las estadísticas del comercio exterior señalan que es el territorio hídrico de mayor riqueza y producción del país. Por eso, tempranamente (1741), su primera descripción dice que comprende: “espacios llanos y deliciosas vegas… Báñanla muchos ríos (que se nombrarán en sus propios lugares) y entre ellos cuatro muy caudalosos, que la inundan por el invierno y la fertilizan por el verano, los cuales son Daule, Baba, Babahoyo y Yaguachi…”. Luego vendrán las Geografías de Manuel Villavicencio (1858), la historia de Fermín Cevallos (1870) y el más profundo: la Geología y Geografía del Ecuador (1892) de Teodoro Wolf. Esta es su realidad de ayer y hoy.