Florencio Compte: Eloy Alfaro, 130 años después

El liberalismo se convirtió en impulsor de la modernidad mediante un proyecto que tuvo carácter laico, burgués y nacionalista
Luego de una larga lucha entre conservadores y liberales, el 5 de junio de 1895 se proclamó a Eloy Alfaro jefe supremo de la República y general en jefe del Ejército. En los considerandos del Acta de Pronunciamiento se decía “Que las ideas liberales, son las que están más en armonía con la civilización y el progreso modernos, y que son ellas las llamadas a hacer la felicidad de la República, la cual ha estado sojuzgada por una camarilla sombría, de especuladores inicuos”.
De esta manera se inició uno de los periodos de transformaciones más profundas que haya tenido el Ecuador, cuando el liberalismo se convirtió en impulsor de la modernidad mediante un proyecto que tuvo carácter laico, burgués y nacionalista.
Entre los objetivos del Decálogo Liberal de los Radicales ecuatorianos se incluía el Decreto de manos muertas; la supresión de conventos y monasterios; la libertad de los indios, la abolición del Concordato con la Santa Sede, la secularización eclesiástica, la expulsión del clero extranjero, un ejército fuerte y bien remunerado y la construcción del ferrocarril al Pacífico.
En el mensaje al Congreso de 1897, Alfaro definió algunos aspectos de su ideario político, como la igualdad ante la ley, la abolición de la pena de muerte para los delitos políticos y la limitación del poder del clero en los asuntos de Estado.
En la Constitución de 1906 se suprimió la declaración de que la religión del Ecuador era la católica, se reconoció la libertad de conciencia y se estableció la separación de la Iglesia del Estado. Se indicaba también que la educación debía ser seglar y laica, además de gratuita y obligatoria.
Una de las obras más importantes de Alfaro fue la unión del país mediante el ferrocarril que comunicaba Quito, a 2.850 metros de altitud, con Guayaquil, a través de macizos montañosos y topografías imposibles. Si bien fue concebida e iniciada por García Moreno, no fue sino con Alfaro cuando se impulsó y concluyó. Esta gran obra permitió la apertura del proceso de constitución del Estado Nacional mediante la integración física del país.