Tallarines: un ejemplo del abandono de Urdesa

No queremos ofertas que no van a cumplir. Que la corrupción termine, que el cargo de alcalde sea ocupado por amor a Guayaquil, no para enriquecerse.

Felicitaciones a Diario EXPRESO por el segmento Cartas de lectores, en el que podemos expresar los problemas que no son resueltos en nuestros sectores.

Al asumir la alcaldía León Febres-Cordero, Guayaquil fue ejemplo para otras ciudades. Vino el alcalde de Curitiba para conocer cómo había logrado en tan poco tiempo el cambio. La calle Circunvalación Sur, hoy Jorge Pérez Concha, tenía gran importancia, como la Av. Víctor Emilio Estrada. León hizo retroceder las casas en Circunvalación Sur para dejar aceras más amplias, pese a que eran villas con todos los permisos municipales. Muchas nos quedamos sin garajes, fue duro botar cerramientos. Pero el ofrecimiento era empotrar los cables, reemplazar los postes de cemento con gran cantidad de tallarines. Él tuvo tanto por hacer que no hizo el empotrado de cables. El Ab. Jaime Nebot lo sucedió como alcalde. Tengo decenas de cartas en que le insistía en que no se habían empotrado los cables. Él lo fue postergando y se quedó esa obra de tanta importancia sin hacer.

Deseamos los guayaquileños que Diario EXPRESO insista en un debate de los postulantes a alcaldes claro, transparente. Deseamos honradez, que trabajen por todos los sectores que pagamos impuestos, no solo por aquellos donde piensan que una tablet o caja de víveres va a comprar el voto. Hoy caminé por Circunvalación Sur. Hay postes de cemento por caerse y sucios, los de fierro están oxidados; los cables, todos entrelazados, forman grandes tallarines. Tal es el peso que ya mismo rozan las cabezas de los peatones. Frente a mi casa hay un transformador al que siempre le están aumentando cables; es deprimente. Se ha empotrado cables en otros sectores de menos importancia. Urdesa Central sigue en el abandono. Cuando se ve un lugar sin mantenimiento y no hay una autoridad que sea el ejemplo, las personas se vuelven indiferentes. Los guayaquileños y urdesinos de corazón deseamos que el próximo alcalde nos devuelva el orgullo de serlo. No queremos ofertas que no van a cumplir. Que la corrupción termine, que el cargo de alcalde sea ocupado por amor a Guayaquil, no para enriquecerse.

Laura Gómez Serrano