Preocupante lo sucedido en empresas públicas en los dos últimos gobiernos nefastos y corruptos, por elementos faltos de conocimiento de principios básicos de administración, sentido común e ineficiencia. Hoy se da la decisión presidencial del cierre y liquidación voluntaria de Seguros Sucre, que tenía el monopolio de contratación de los seguros del sector público desde 2009, con el agravante de que sus dos últimos ejercicios económicos presentó pérdidas. Las empresas bien establecidas tienen claro: misión, visión, objetivos básicos; manuales de políticas y procedimientos, y realizan permanentemente análisis de puestos; cada tres meses hacen un FODA para saber cómo van, capacitan permanentemente al personal y cada uno sabe sus niveles de reporte. Su organigrama muestra desde gerencia general hasta jefes departamentales, que ordenan que se hagan las cosas; el resto son empleados, mensajeros, conserjes, que reciben órdenes y obedecen, no toman decisiones; ni se diga el personal tercerizado de limpieza y seguridad. ¿Qué culpa tienen los empleados del cierre de esta empresa? Recibirán su liquidación y pasarán al grupo de desempleados. Esta empresa fue administrada por gente corrupta que fue a saquear y sacar provecho de todo contrato firmado a cuenta de que se trataba de empresas del mismo sector público.  

Roberto Flores