Cartas de lectores

Ecuador necesita un presidente unificador. El pueblo ya no cree en nada

Ecuador requiere un líder que ofrezca conceptos claros y propuestas serias sobre sus planes de gobierno en economía, justicia social, aplicación de las leyes con justicia y rigor, independencia de poderes, en salud y educación pública, y erradicación de la corrupción. Que no se esconda tras un manto de distracción y que demuestre que tiene capacidad para actuar con entereza, integridad, honestidad, justicia. Que sea capaz de alejarse del partidismo al tomar decisiones y gobernar. Un líder cuya retórica no sea exclusivamente para demeritar a sus opositores. Que concilie y no confronte. Con virtudes propias, que no tenga que resaltar los errores de sus opositores para lucir. Que no tenga conductas erráticas, como creerse el Mesías, ni el único inteligente del país. Que no esconda un pasado oscuro, vergonzoso o reñido con la ley. Carismático, confiado en sí mismo, congruente con lo que dice, coherente en sus actos, firme de convicciones sin llegar a la prepotencia, autoritarismo o soberbia. Un presidente que unifique a nuestro pueblo, que ya no cree en nada ni en nadie. Engañado, desairado, decepcionado, que ha perdido la fe en los políticos, en sus autoridades e instituciones y eso le crea la inseguridad y desconfianza que marcan su desempeño, haciéndolo receloso y conflictivo. No existe una persona así en la generación de políticos que nos han gobernado por más de cuatro décadas. Estos han surgido y crecido deformados por sus antecesores. Se han servido a sí mismos y a los grupos a que pertenecen. La ideología solo es un maquillaje para ilusos. Se necesita un líder que empiece a trabajar en los jóvenes, hacerlos personas de bien, con determinación y a prueba de todo, porque en sus manos está el futuro de la patria. Para que si en algún momento llegan a ejercer puestos de poder impongan su forma de ser a la ejecutoria política. Honestos, eficientes y patriotas. Requerimos un presidente que nos lleve a creer nuevamente. Ese es el punto de partida y el mayor reto que tendrá el futuro gobernante. ¡La nación necesita tener esperanza en que habrá un futuro mejor!

Ec. Mario Vargas Ochoa