El terremoto en Ecuador de abril de 2016 fue un sismo terrible, con epicentro entre Pedernales y Cojimíes, en las provincias de Manabí y Esmeraldas. El gobierno de aquel entonces acordó subir tres puntos más al IVA, el cual iba a ser transitorio, del 12% al 15%, para que esos tres puntos tuvieran como objetivo ayudar a las víctimas afectadas por este terremoto. La Asamblea Nacional de mayoría de ese partido de gobierno en aquel entonces, lo aprobó de forma inmediata. Ahora se sabe que el vicepresidente de ese régimen distrajo esos fondos en otras actividades que no eran prioritarias, según denuncia de la señora fiscal general del Estado. Ahora, en la Asamblea Nacional, ese mismo partido político, llamado ahora de los correístas, se opone junto al PSC, a subir tres puntos al IVA.

El actual gobierno envió una ley con el carácter de urgente, a fin de financiar y acabar con la delincuencia organizada, dado que no tiene liquidez inmediata ni fondos disponibles para combatir al terrorismo. Estamos en estado de excepción. Los negocios pequeños y medianos y sobre todo el turismo, al borde de la quiebra; otros han cerrado sus puertas para no pagar extorsiones. El país militarizado y estos politiqueros, de esos partidos políticos, se oponen a aprobar el incremento del IVA. ¿Quién los entiende?

Ahora se habla de incluir en la próxima consulta la misma pregunta que ya se hizo: ¿que si quieren que se siga explotando el Yasuní – ITT? ¿Y si los ecuatorianos decimos ahora que sí? ¡Allí está el dinero que hace falta!

Se habla de subir el IVA de forma permanente al 13% y de forma temporal al 15%. Otros proponen que los bancos aporten con base en sus Utilidades de los dos últimos ejercicios económicos; otros en cambio señalan que las empresas que tuvieron ingresos muy importantes también se sumen a aportar más.

En fin: como siempre, todos opinan, todos dicen, pero nadie se pone de acuerdo y el país se sigue desangrando.

Roberto Flores