Cartas de lectores: El momento no es el mejor, pero hay razones para el optimismo
Hay muchas razones para estar preocupados y pocas para estar optimistas
Aunque el gobierno del presidente Noboa ya está por concluir su primer período sin mucho éxito, ahora que le toca asumir un nuevo período presidencial es importante recordarle que nunca es demasiado tarde para corregir el rumbo y empezar a hacer las cosas bien. A su vez, puede comenzar a dar señales de que es capaz de asumir un liderazgo y sentarse a la mesa a forjar acuerdos por el bien de la nación.
El desánimo y malestar que hoy reinan tiene mucho más que ver con la incapacidad de la clase política para ponerse de acuerdo, que con la creciente ola de inseguridad, la crisis económica y la falta de empleo. Aunque enfrentamos turbulencias, lo que verdaderamente molesta a los pasajeros de esta nave llamada Ecuador es que la tripulación se está peleando entre sí y no se concentra en llevar la nave a puerto seguro.
Sobre la evidencia de todo lo que se ha hecho mal en las últimas décadas, no recae solo en la izquierda. La derecha también contribuyó con incuestionable contumacia a llevarnos por el sendero equivocado. Es más, una parte de la derecha todavía sigue hoy empujándolo a seguir avanzando por el mismo camino, cometiendo el mismo pecado que hiciera el SSXXI, avanzar para crear una nueva Constitución, que por cierto no ha funcionado en ninguna parte.
ADN debe madurar y entender que la política siempre requiere transacciones que no pueden contentar a todos. Ir por el sendero de la política con túnicas blancas es un acto de suprema irresponsabilidad y una garantía de fracaso a largo plazo. Los ejemplos de malas administraciones o visión cortoplacista abundan, cuando el país pide a gritos liderazgos responsables y razonables que promuevan acuerdos que estén a la altura de las circunstancias y que demuestren voluntad política de negociar con sus dichos y acciones.
Es cierto que el momento por el que atraviesa el país no es el mejor. Hay muchas razones para estar preocupados y pocas para estar optimistas. Los ecuatorianos merecen que la clase política esté a la altura y sea capaz de sentarse a conversar y a construir acuerdos que permitan sacar al país de la postración en que hoy está.
Mario Vargas Ochoa