Biden olvida a pasos agigantados que es él mismo, tan envejecido está. Trump se empeña, como demasiados norteamericanos, en detener e incluso dar marcha atrás a la historia y “Hacer de nuevo grande a EE. UU.”.

Su común catecismo es el del fin de la historia bajo su imperio, como antes pretendieron eternizarse los otros dos imperios mundiales, “en que no se ponía el sol”, el español y el inglés.

Lo peor es que ahora puede ser real ese cuento, pues su actual buscada lucha contra Rusia y ya, casi, con China, puede acabar nuclearmente con la historia, sí, pero de toda la humanidad.

Alfonso Prada Cano