Cartas de lectores | No existe otra salida
Tenemos que hacer que los jueces sean elegidos por un Comité Internacional con veeduría de la ONU
Era un secreto a voces y ya se hizo público: el sistema judicial está podrido hasta la médula. La gran metida de mano en la justicia en 2011 sirvió para obtener sentencias favorables para el partido político gobernante en ese momento y para contaminar con la más atroz de las plagas del siglo XXI: el narcotráfico. Esos jueces de antaño, exhibiendo su economías con una casa de lujo, colecciones de motos Harley, etc., parecen niños de pechos comparados con los de ahora, quienes sin pudor ni rubor dictan sentencias absolutamente reñidas con la Constitución y las leyes, tergiversándolas, interpretándolas a su impúdica conveniencia. Se destapó la caja de Pandora; debemos elegir nuevos jueces, ¿quién o quiénes los elegirán? ¿La Corte Constitucional? ¿El Consejo de la Judicatura? ¿El Congreso? ¿El CPCCS? ¿El pueblo (que elige a los asambleístas)? Es innegable que ninguna autoridad o persona es moralmente capaz e independiente de formar parte de un proceso para selección de jueces. Se levantarán las voces para criticar esta aseveración; se rasgarán las vestiduras, pero es la verdad. Si realmente queremos cambiar como país, no lo podremos hacer con una justicia corrupta, o sometida, o dependiente, o con mediocres. Tenemos que hacer que los jueces sean elegidos por un Comité Internacional con veeduría de la ONU, conformado por personas de países con el menor índice de corrupción (como los nórdicos). No hay otra salida; mientras los jueces sean elegidos por ecuatorianos se cumplirá el dicho popular: “baja tonguito y sube mondongo”.
David Ernesto Ricaurte Vélez