Cartas de lectores | Distingamos a los delincuentes
Los delincuentes no son lo mejor para la conducción de un país
¿Quiénes son delincuentes? Esta pregunta, aunque parezca sencilla, es compleja cuando nos adentramos en las profundidades del comportamiento humano. Un delincuente, en palabras sencillas, es una persona que comete delitos, es decir, que realizan acciones contrarias a lo que establece la ley y el derecho. Una persona que es delincuente de manera sistemática es un delincuente empedernido y difícilmente va a dejar de ser delincuente. Por ejemplo, apropiarse de algo que no le pertenece, sin el consentimiento del propietario, convierte a quien lo hace en delincuente, sea esta apropiación de un bien, de una imagen. Lo malo es cuando este acto lo comete una persona pública, tratando de sacar provecho de esta apropiación, lo que lo hace doblemente delincuente, como acaba de ocurrir con el uso de un video de un actor mexicano para beneficiar una campaña en nuestro país. Los delincuentes no son lo mejor para la conducción de un país, pues su costumbre de realizar acciones contrarias a las leyes ya lo identifica con esa manera de actuar: ¿cómo actuará cuando está en el poder? Bueno, en el caso que ponemos como ejemplo, quien utilizó sin autorización un video de un actor mejicano, como lo declaró públicamente el actor mejicano, nos indica un comportamiento, también demostrado cuando estuvo en el poder: justificar la recepción de coimas como “acuerdo entre privados”, permitir que sus abogados induzcan a un juez a fallar a favor de él, enviándoles la sentencia redactada, permitir que su ministro de Finanzas negocie bonos y luego, de manera campante decir que se había hecho esa negociación para “saber cómo funcionaba este delito”, o que cuando se descubrió droga enviada en un cargamento de la Cancillería a Italia se enarbolaran justificaciones, endilgando exclusivamente al usuario que pidió el envío, el mismo que se hizo sin las precauciones que debe tener una Cancillería, lo que en sí (de ser cierto que la Cancillería no supo) es o una negligencia o una complicidad; los dos casos se deben calificar como delitos. Sinceramente, quien ha delinquido de manera repetitiva, sin ninguna duda volverá a delinquir.
José M. Jalil Haas