Creo no ser el único que ante algunos aciertos en la gestión del presidente Noboa empezaba a ilusionarse creyendo que había dejado atrás su libreto primigenio. Cuán equivocado estaba; con su aquiescencia y los votos de ADN hicieron posible la censura de Fausto Murillo. Y se habla de que el próximo cometido sería el enjuiciamiento y destitución de la fiscal, pese a que para los ecuatorianos es una funcionaria ejemplar que enorgullece al país, a quien respaldamos incondicionalmente. Esto demuestra, sin ambages, una posición sesgada y ambigua del primer mandatario, que asumimos como un golpe a la democracia y el progreso y nos sume en la desesperanza, deseando un gobierno al estilo Milei. Ante estas decepcionantes circunstancias y la pretensión del presidente de ser candidato para el próximo período presidencial, los ecuatorianos de bien estamos obligados elegir un candidato con atributos de estadista y suficiente experiencia para evitar el colapso del país. El interés colectivo debe estar por encima del interés individual que motiva a millones de votantes a elegir a quien de antemano saben que defraudará a la sociedad. Con nuestro voto (única herramienta democrática disponible) es hora de acabar con la podredumbre incrustada en las instituciones del Estado en todos sus niveles. Debemos recuperar el país de las garras de la corrupción. Paremos a los capos de las mafias politiqueras que han insistido en atropellar derechos ciudadanos, con desmedida ambición por apoderarse de la riqueza que aún existe en nuestro suelo.

Leonardo Cueva Piedra