Por sus particularidades geográficas y tradición cultural, Guayaquil es una urbe tropical por excelencia, lo que se refleja en sus gustos. La ciudad-puerto acoge encantada todo tipo de ritmos bailables afro, caribeños y antillanos que conviven de forma natural, ya sea que hablemos de salsa, merengue, cumbia, reggae, ska, rumba, reguetón, etc.

Sin embargo, hay otras corrientes como el rock, el blues o el jazz que, aunque son minoritarias, también dejan su huella en la identidad guayaca y contribuyen a enriquecer el mestizaje que la caracteriza.

Yakos recoge precisamente esta diversidad y la convierte en su enfoque. Lo demuestra con su primer lanzamiento, una canción dedicada a Guayaquil, su gente y su idiosincrasia musical multifacética. Es decir, se trata de un tributo tanto de forma como de fondo.

El baterista Napo Moreira nos da más detalles sobre la historia y trabajo de esta agrupación porteña.

A pesar de haber publicado recientemente su primer tema, Yakos tiene varios años de formada ya.

Nos juntamos desde el 2014 Danny Vera (cantante), Héctor ‘Pollo’ Crespo (bajo) y yo, como un grupo de amigos que veían en la música un espacio de esparcimiento de fines de semana.

Se iniciaron haciendo covers.

Sí, pero nos pudo más el instinto de crear y de hacer líneas propias; aunque insisto: lo manteníamos como un espacio creativo de amigos, sin ninguna pretensión más allá.

¿Qué los hace cambiar de visión?

En el 2022 por el cumpleaños de Danny decidimos tomarnos en serio esto. Creamos siete canciones inéditas y dimos un pequeño concierto. Desde allí estamos trabajando en esos temas. El primero de ellos es Guayakos.

Usando una analogía con la gastronomía, ustedes se catalogan como una chucula o un banderazo musical por las mezclas de géneros.

Una chucula musical sureña. Nuestro estilo tiene un esqueleto de reggae, pero hay otras influencias. Por ejemplo, en la batería de ciertas canciones le meto una pegada grunge, por mis influencias de Dave Grohl (Nirvana, Foo Fighters). El saxo es muy jazzero. La voz es quizás de corte urbano. El bajo suele plantearse tipo música disco y buscamos estructuras de loops para hacer nuestra propuesta quizá un poco más bailable. La guitarra maneja patrones blueseros más que nada...

Y cuando metes todo eso en una licuadora...

Suena como nuestro primer producto, Guayakos. Algo que estamos haciendo en los otros temas.

El mestizaje musical es precisamente una de las virtudes de la ciudad.

Hay muchas propuestas muy buenas de diversos estilos, reggae, rock... y hay músicos excelentes; pero al hacer esta descripción del sentir guayaco desde una perspectiva sureña, hacer esas categorizaciones nos parece muy acartonado. Es decir, los artistas se encasillan en música urbana, o en salsa choke, o en rock... cuando en realidad Guayaquil es todo eso. Esa es la narrativa que queremos plantear a través de nuestra música.