Si bien la Semana Santa es uno de las festividades más importantes para los cristianos, con el Domingo de Resurrección como momento culmine, todos se unen a la celebración más allá de las creencias. El cine, como es de esperarse, ha recreado en el plató ese suceso que marca la vida religiosa.

La gastronomía también hace lo suyo, llenando de tradición con dulces, platillos de sal y una que otra novedad que llena la mesa de diferentes países, haciendo la delicia de los comensales.

EXPRESIONES los invita a disfrutar de tres cintas que han hecho historia, cada una en su género, mientras disfruta, por qué no, de lo que alrededor del mundo ya es costumbre.

• BEN HUR (1959)

Es una de las películas más aclamadas de todos los tiempos. Sigue a Judah Ben-Hur (Charlton Heston), noble judío de Jerusalén, mientras Israel vivía la ocupación romana de Judea.

La cinta, cuya historia es una ficción que se ajusta a la realidad de la época, obtuvo 11 premios Óscar.

• MARCELINO, PAN Y VINO (1954)

Fue todo un éxito comercial y de la crítica en el cine español y superó los cánones establecidos en el país europeo de ese entonces. La trama, basada en la novela homónima de José María Sánchez Silva, gira en torno al pequeño expósito Marcelino quien es recogido por frailes franciscano. Un día, mientras oraba frente a una figura de Cristo, este toma vida y comienza a comunicarse con el niño. 

La película ganó cinco premios del Círculo de Escritores Cinematográficos, entre ellos película, director y actor secundario. Además recibió el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín y una mención especial a su protagonista, Pablito Calvo, en el Festival de Cine de Cannes.

• JESUCRISTO SUPERSTAR (1973)

Los amantes de los musicales se regocijan una y otra vez al disfrutar de esta cinta dirigida por dirigida por Norman Jewison, que presenta a Ted Neeley como Jesús. Sus melodías siguen escuchándose 50 años después de su estreno. 

El sexto álbum de estudio de Camilo Sesto lleva el mismo nombre. Lanzado el 23 de diciembre de 1975, fue aclamado por el compositor original de los temas, quien afirmó que, “de todas las producciones realizadas a lo largo del mundo equiparable a la original estadounidense fue la española”.

• HABLEMOS DE COMIDA

Colomba de Pascua. Imagínese una masa fermentada de pan dulce, enriquecida con huevos, azúcar y mantequilla y acabada con el típico glaseado con almendras. No es un panettone, aunque se le parece. La colomba de Pascua nació en Lombardía en los años 30 del siglo pasado y hoy es ya una tradición en toda Italia. Su simbolismo está presente en la forma de paloma (colomba en italiano), que significa paz y amor. Se coloca junto al huevo de Pascua, símbolo de la Resurrección de Cristo.

Sopa de ajo. Se la conoce también como sopa castellana y su consumo era común en épocas de escasez por sus altos nutrientes. Tiene muchas variantes, pero todas suelen llevar pan de días anteriores, ajo, agua, aceite, pimentón, huevos y sal; en ocasiones se agrega carne. En la actualidad, está presente en las procesiones de Castilla y León, en España. En las denominadas ‘madrugadas’ (procesiones en el amanecer del Viernes Santo) de ciudades como Palencia o Zamora, se termina la noche comiendo las típicas sopas de ajo.

Agua de obispo. Originaria de México, es también conocida como sangre de Cristo y como lágrimas de la Virgen. Se trata de una bebida propia de la temporada de Cuaresma y Semana Santa, elaborada a base de manzana, remolacha, banano y maní. Su origen se remonta al siglo XVI y hace alusión al sufrimiento de la Santa Madre por su hijo. Algunas versiones sostienen que es una creación de los monjes de la región occidente de México con frutos que ellos mismos cultivaban.