Hay géneros en los que el mensaje es igual de importante (o más, incluso) que la propia música. Es el caso del hiphop, que más que un estilo, es toda una forma de entender la vida.

Nos atrevemos a decir que la escena hiphop guayaquileña es única en su especie. No solo ha mantenido como legado lo mejor de la tradición de esta cultura, sino que también se ha ido liberando de ‘cargas’ innecesarias. No solo convive sin problemas con otros estilos, también se desmarca de ciertos estigmas como su conexión con el delito o su machismo atávico.

Mogo habla acerca del trabajo de un movimiento activo que trabaja mucha veces en silencio, pero que ya está cosechando lo sembrado.

En una entrevista con el Cholo, él nos comentaba que desde su punto de vista, la reflexión es el sello característico del hiphop guayaco. ¿Qué opinas al respecto?

El ‘tío’ Cholo nos da lo que nosotros llamamos las terapias, siempre nos aconseja. De él hemos aprendido ‘full’, pero creo que aparte de la reflexión también está el sentido de compromiso con el hiphop y sus postulados.

Porque más allá de lo musical, el espíritu de comunidad forma parte de la filosofía hiphop.

Sí. Yo creo lo fundamental es tener ese sentido de colaboración y vínculos. De hecho, ese es uno de los diez mandamientos del hiphop: llevarnos en paz y en comunidad. Mientras más seamos, mejor. Porque más personas llevan el mensaje. Ese es el trabajo de agrupaciones como La 300 o Esto es Cultura, que somos casi la misma familia: fomentar ese trabajo en comunidad. Ir a los barrios a enseñar lo que uno sabe sobre hacer música, crear beats y difundir ese mensaje del hiphop.

La comunidad hiphop siempre ha sido bastante cerrada, pero en estos últimos años se ha abierto más. ¿Opinas lo mismo?

No creo que la comunidad sea cerrada, sino que somos las personas las que podemos llegar a ser cerradas. A la final el hiphop es solo una palabra y somos nosotros los que la representamos con nuestras acciones, con nuestro trabajo. No solo la música, sino ese sentido espiritual, esa energía.

El hecho de que nuestra escena sea ‘impura’, es decir que convivan diferentes géneros, puede ser visto como un defecto, pero es una virtud, en realidad.

Nosotros ahora tocamos junto a bandas de rock, lo que me parece espectacular porque me encanta el rock. Podemos compartir el mismo espacio sin problema, poguear y después escuchar rap. Qué cosa más increíble. O que haya también reggae, algo que sí se ha dado y se seguirá dando, de ley.

Por su tamaño ‘reducido, por así decirlo, no es viable tener una escena dividida.

La gente de la escena hiphop hemos ido abriendo puertas, desbloqueando esas inseguridades, esas desconfianzas. En un inicio quizás nos subestimaban porque nosotros no usamos instrumentos, pero luego fueron viendo que dominábamos consolas y secuenciadores, que también es un arte y otra forma válida de crear música.

Actualmente hay mujeres implicadas, como Jay MC, la Abogada del Rap, Amasónica, en una escena que muchas veces es tachada de machista.

Es verdad. Cuando empezó en la ciudad esto del rap en los suburbios, prácticamente no había mujeres involucradas, quizás solo como bailarinas. Al adoptar esa cultura extranjera también se adoptaron ciertas posturas machistas. Pero actualmente hay varias artistas como las que mencionas, que están creando una base fuerte y levantando alto su voz.

Te puede interesar: Sara Arana: La vida la graduó como la abogada del rap

• HUMÓFONO, UN DISCO HECHO CON LA 'CREW'

En su conversación con EXPRESIONES, Mogo cuenta los detalles de Humófono, su EP lanzado en marzo:

“Humófono nace desde La 300 Hip-Hop, que es el proyecto con mi compañero Nota, el cual básicamente es el barrio donde nosotros vivimos (en la Martha de Roldós, en el conjunto de manzanas 300), donde nosotros ‘parchamos’”.

Colaboran ‘hermanos’ del mismo entorno, como los Sucia Sangre Clan, que son Melking, Robertime e Ivanlyu, raperos duros de Durán.

También Barras, que representa al Criscon (barrio del Cristo del Consuelo), que vino de Italia y su compañero desde hace tiempo.

Además sus hermanos de Ganjah Roots. ‘Tío’ Fayita (Luis Morales, guitarrista) participó en el proceso. Y Abudeye nos otorgó un beat bacansísimo para el tema Doctrina.

• TRES DATOS

1. Se llama Anthony Mogollón (de ahí su nombre artístico de Mogo). Desde pequeño ha estado vinculado a la música y le ha gustado cantar.
2. “Mi papá fue uno de los primeros en darme consejos básicos, cosas como trabajar la mímica, moverme y tener la energía necesaria a la hora de cantar”.
3. “Nunca estudié formalmente música, pero en mis andanzas he conocido ‘full’ amigos y amigas que tenían una base y de ellos he aprendido”.