Felipe y Letizia se fueron de viaje de Estado a Dinamarca. Es una invitación de la reina Margarita, quien ejerce de anfitriona junto a los príncipes herederos, Federico y Mary, y la princesa Benedicta. La estancia del matrimonio en el país nórdico, con la que se estrechan los lazos de ambas naciones, es muy significativa, ya que marca un antes y un después en la vida institucional de la soberana española.

El 13 de mayo de 2004 fue la primera visita de ellos en Dinamarca, coincidiendo con la boda del príncipe Federico con Mary Donaldson. La tarde de aquel viernes las miradas se posaron en la entonces prometida del príncipe de Asturias, ya que se trataba de su debut ante la aristocracia internacional. En esa gala previa a la boda, que se celebró en el Teatro Real de Copenhague, lució un look de Lorenzo Caprile confeccionado con telas de Rafael Catalá. Se trata de un conjunto de dos piezas compuesto por chaqueta estilo corsé con botones bordados en cristal, escote barco, bordados inspirados en el siglo XVIII y falda roja.

Al día siguiente, Letizia Ortiz Rocasolano protagonizó una imagen que dio la vuelta al mundo, al caminar de la mano del entonces príncipe Felipe a la catedral de Nuestra Señora de Copenhague, escenario del enlace.

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Sonriente y segura de sí misma tras haber tenido en la víspera la primera toma de contacto con las Casas Reales de Europa, la prometida del heredero al trono español cautivó a la prensa internacional.

Su elección fue muy aplaudida por la crítica especializada. El vestido rojo que llevó, confeccionado con telas españolas, nuevamente firmado por Caprile, se convirtió automáticamente en uno de los más icónicos. La segunda visita a Dinamarca tuvo lugar en 2015, ya siendo reyes. En abril del citado año, la reina Margarita celebró su 75.º cumpleaños en el Palacio de Christiansborg, el mismo lugar donde fue presentada como monarca en 1972. 

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