Griselda Blanco, la infame narcotraficante colombiana, ha vuelto a la escena mediática con el reciente estreno de la serie 'Griselda' en Netflix, protagonizada por Sofía Vergara de Modern Family. Con apodos como La jefa y La viuda negra, su historia está marcada por crímenes y el tráfico de drogas, dejando una huella en el mundo criminal.

Nacida en 1943 en Cartagena de Indias, Blanco tuvo un comienzo turbulento que incluyó secuestros y asesinatos desde una edad temprana. Después de escapar de las vejaciones de su padrastro, se casó a los 13 años con Carlos Trujillo, quien más tarde sería su primera víctima, supuestamente orquestada por Blanco.

En los años 60, Blanco se trasladó a Nueva York con su segundo esposo, Alberto Bravo, y juntos construyeron un imperio de tráfico de cocaína. Según informes, tenían una fábrica de lencería en Colombia con bolsillos ocultos para el contrabando. Llegaron a tener 1,500 narcotraficantes como empleados y colaboraron con Pablo Escobar en el transporte de drogas.

Perseguidos por el gobierno estadounidense, Blanco y Bravo huyeron a Colombia, donde ella lo asesinó por infidelidad. De regreso en Miami, se casó por tercera vez y continuó su vida delictiva, incluso cambiando el destino de su hijo para alejarlo de los peligros del negocio.

Blanco fue arrestada en California en 1985, pero irregularidades procesales la condenaron solo a 20 años de prisión. Siguió liderando su cartel tras las rejas hasta su liberación y deportación a Colombia en 2004. Fue asesinada por un sicario en Medellín en 2012.

La serie de Netflix, creada por los talentos de 'Narcos', presenta seis capítulos que narran la vida de Griselda Blanco desde su huida de Medellín hasta convertirse en la madrina del narcotráfico en Miami, ofreciendo una visión reveladora de sus oscuros días.