Los melómanos agradecemos que aún existen artistas que creen en el concepto de álbum, en una época en la que todo parece reducirse a temas sueltos que luego se juntan a la fuerza, sin cohesión ni lógica.

Tratándose de Don Bolo, sabíamos que su nuevo trabajo no sería una mera continuación de su anterior Bahamut. Esta vez no solo que la guitarra tiene mayor protagonismo, sino que está tocada con la energía propia del hardcore y el metal, lo que le da más variantes al característico sonido jazzero violento de la banda.

Como dijo alguna vez Bobby Liebling de Pentagram, un disco tiene que ser disfrutado como un libro, con sus picos y valles de intensidad. 

Como muestra de esa paleta de sensaciones, está la canción que da nombre al álbum, en la que hace voces Liberti Nuques (Tercera Matrícula, The Cassettes). 

Si bien empieza en onda punk, tiene transiciones con guitarras reggae que desembocan en una estructura death grind ‘aplasta cabezas’. O la inquietante Ungoliant, en plan post black metal, que cuenta también con voces femeninas, a cargo de Cristina Cilio y Lisette Solís Hernández.

No es nuestra intención hacer spoiler del disco, que se puede disfrutar desde hoy en plataformas digitales, como Bandcamp. Es normal que en los conciertos de Don Bolo el público haga mosh de lo lindo, pero con estos temas se van a hacer pedazos. Cinco estrellas.