La historia de la cumbia es la historia de mestizaje de nuestra América Latina. Más que como un género musical, la cumbia nació como un espacio abierto donde se mezclaron los sonidos e idiosincrasia de la Europa conquistadora, los de la América sometida y los ritmos importados de África, con una sola idea fundamental rigiendo esa mezcolanza delirante: crear ritmos para mover el cuerpo y sanar el alma.

La cumbia, como una especie de lingua franca, se escucha, se baila y se compone en toda la región, tomando en cada país características propias, de manera que podemos hablar de cumbia colombiana, panameña, mexicana, peruana, ecuatoriana y un largo etcétera; además de fusiones como tecnocumbia, electrocumbia, cumbia cheta y más.

De todas esas variantes, una de las más sonadas es la cumbia de Argentina, país del que han surgido grandes nombres como Los Cumbiambas, Los Palmeras, Los Wawancó, Gilda, o Damas Gratis. Este  último grupo se presentará el sábado 3 de agosto en Quito, en la Plaza de Toros, junto con la bandaquiteña Cacería de Lagartos, que se encargará de abrir el show.

El tecladista y cantante Pablo Lescano, precursor de lo que se conoce como cumbia villera con su trabajo en el proyecto Flor de Piedra, fundó en el año 2000 Damas Gratis, que ahora comanda y es responsable en gran medida de la dignificación del género, que en sus inicios fue mirado con menosprecio por sus letras ácidas y directas.

Lescano y su banda han colaborado con artistas como Kevin Johansen, Vicentico, Los Fabulosos Cadillacs, Andrés Calamaro o Fidel Nadal (Todos Tus Muertos), demostrando el alcance y conexión de su música a nivel masivo, echando abajo las supuestas fronteras con otros estilos como el rock, la balada tradicional, el ska o el reggae.

La capital ecuatoriana podrá disfrutar de temas como No te creas tan importante, Perrito malvado, Quieren bajarme, Se te ve la tanga, El viejo de la bolsa y otros, que de vender millones de discos han pasado a tener millones de reproducciones en streaming, demostrando que más allá del formato, la cumbia, al igual que la pasión por el baile, sigue siendo la misma.

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