En la política nada es improvisado, todo tiene una intención, incluso la ropa que utilizan las autoridades. Todo por una sola premisa: ganar aceptación. Pero entonces surge una pregunta: ¿hay límite? ¿Sacrificar la propia personalidad es permitido como parte de la estrategia? ¿Con cuál de sus caras debe quedarse la gente?

El cambio de estilo de la alcaldesa Cynthia Viteri no deja de sorprender, mucho más cuando en reiteradas ocasiones, a mitad de su período, cuando cambió los trajes blancos e impecables por prendas juveniles, desenfadadas y, para muchos, poco apropiadas para su cargo, se defendía diciendo que es así como se siente cómoda. Así, sostenía en esos días, es ella.

En aquellos tiempos (no muy lejanos), se la veía con jeans rotos, camisetas sin mangas que le permitieran lucir, orgullosa, sus tatuajes y sus brazos perfectamente torneados. El peinado también tenía su sello: los rulos al viento, en una suerte de maraña desordenada. Todo hablaba de libertad, de no tener ataduras.

Pero algo cambió y aquella imagen , de pronto se volvió algo más recatada. ¿Tatuajes? Prácticamente no se los ve porque están tapados con mangas de camisas bien planchadas y mucho más conservadoras. Los pantalones de mezclilla en talla grande con agujeros en las piernas ahora son más clásicos, de tela de vestir y pinzas. En su ‘nuevo ropero’ hay ternos con chalecos, muchas camisas blancas, ternos de blazer y pantalón formal y jerseys cuello alto. Asimismo, ganan espacio los lentes con marco grueso.

En otras ocasiones, alterna con esos vestidos de corte sastre que recuerdan a Viteri en épocas de campaña presidencial. Pero hay un detalle: ya no con tacones, sino zapatos deportivos, como un guiño a la mujer que defendía su forma de ser irreverente y casi provocativa.

¿Estrategia? ¿Acaso con este nuevo giro quiere proyectar formalidad? Mientras especialistas de moda y estilo dan sus respuestas, todos sabemos que su apuesta va mucho más allá. La última palabra la tiene la gente de a pie que se preguntará cuál es la verdadera Cynthia, ¿la libre o la recatada?

• “PROBABLEMENTE YA ESTÁ EN CAMPAÑA”

Alejandra Valarezo, Asesora de imagen especializada en Argentina opina que la seriedad de los atuendos que usa últimamente la alcaldesa Cynthia Viteri, tienen una explicación: se están acercando las próximas elecciones y, probablemente, ella ya está en campaña. 

"Ahí notamos un cambio extremo en su vestir. Durante la pandemia, ella mencionó que aquellas prendas que lucía, lo hacía por comodidad, porque quería y le gustaban. Sin embargo, en la política se debe llevar una vestimenta amigable para todos y a la vez profesional. Nuestra imagen proyecta lo que queremos llegar a ser y comunicar. Y en la política eso se vuelve una herramienta de comunicación. Pero hay que gestionarla para que transmita un mensaje coherente entre aquello que se muestra, se dice y se hace”.

• "HA DECIDIDO SER CAUTELOSA"

José Hidalgo, asesor de imagen especializado en España, asegura que el giro de la imagen personal de la alcaldesa (específicamente en lo relacionado a su vestimenta) hacia un 'business casual' es "importante y favorecedor para su imagen pública".

Se trata de un estilo en el que se mezclan prendas formales de trabajo como camisas y blazers con prendas casuales como los jeans, chaquetas de mezclilla y zapatos deportivos. "Además, ha decidido ser cautelosa utilizando colores neutros, cubriendo sus brazos y no dejando ver sus tatuajes y mostrando menos piel".

• “EL CAMBIO RESPONDE A LOS OBJETIVOS”

Esa opinión no dista mucho de la de la comunicadora política y estratega de comunicación Daniela Ruiz, quien se especializó en Argentina. Afirma que la evolución del look de Cynthia Viteri responde directamente a dos objetivos: fines electorales y practicidad. 

"Nuevamente, arranca la campaña seccional en la que, al ser una figura central del Partido Social Cristiano, ha regresado apostando su imagen al uso del corte tipo sastre modernizado, dándole protagonismo al calzado deportivo que la acerca al electorado joven, con el que los últimos años ha buscado conectar”.

Aquello no es nuevo. Daniela explica que, a partir del siglo XIX, la vestimenta y el look se han utilizado para expresar ideas políticas y sociales: la barba y el pelo largo de los jóvenes bohemios, los tatuajes visibles en el cuerpo y los pañuelos que hoy son bandera de lucha, son elementos que desarrollaron estereotipos.

"Ya lo afirmaba Umberto Eco, 'la moda es semiótica'. Aunque la relación de la moda con la política está atravesada por la sombra de la vanidad, las polémicas y controversias, su potencial comunicativo es maravilloso", concluye.