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RAÍCES NAPALM. Bryan (batería), Edwin (voz y guitarras) y Ricardo Arellano (bajo).Cortesía

La Comunión Metal: “O todos triunfábamos, o todos nos hundíamos”

Trabajo en equipo, inventiva y mente abierta fueron los pilares de este colectivo surgido en la primera década de este siglo.

La Comunión Metal fue un colectivo de bandas guayaquileñas que existieron en un momento muy interesante para el rock y el metal a nivel mundial, cuando estos estilos se dejaron influenciar sin recelos del rap, el hiphop y otros estilos, y se echaron abajo varias barreras absurdas que llevaban demasiado tiempo siendo un lastre.

Esta ‘gran banda de bandas’ (que incluía a Colmena, Refugio, Sangra, Módulo, Raíces Napalm, Ramayana, Weakskin y muchas más) nació formalmente en 2004 y mantuvo una intensa actividad hasta el 2008, cuando empezó a perder fuelle, hasta que poco a poco cada quien tomó su rumbo.

La ‘historia oficial’ recopila nombres de grupos y de músicos, fechas de conciertos y mil anécdotas. Pero es tarea perdida tratar de expresar en palabras aquellos detalles que representan la esencia de esa comunidad metalera: rescatar al guitarrista de una banda amiga cuando se le rompía una cuerda, recorrer la ciudad entera (en carro o a pie) hasta la casa de los colegas en busca de los equipos de amplificación, o atesorar en la memoria determinada noche perfecta en la que los astros se alinearon para que público y artistas lograron una conexión mágica.

La redacción de este artículo fue el pretexto perfecto para que varios de los miembros de la Comunión se reunieran a rememorar aquella época, breve pero vivida con gran intensidad.

No es nostalgia lo que nos mueve, sino la intención de dejar constancia del trabajo de un grupo de jóvenes (ahora cuarentones), que no esperaban que las cosas sucedan, sino que ellos mismos las llevaban a cabo. Y también dejar varias ideas que pueden ser muy útiles a los artistas de la actual escena independiente, precisamente en un momento en el que las nuevas generaciones sienten que hace falta trabajar como un bloque.

Los orígenes

El primer concierto oficial de la Comunión Metal se realizó el 31 de enero de 2004 . Pero hubo una historia previa. Como explican Miguel y Mayckol Ureta, guitarrista y vocalista de Porno Ducks, “nosotros no nos sentíamos identificados con la escena local. No éramos punk, ni heavy, ni death, ni black. Nosotros éramos una ensalada, mezclábamos de todo”.

Edwin Arellano, vocalista y guitarra de Raíces Napalm, recuerda que lo mejor de esa naciente escena era la diversidad musical. “Eso cambió la visión aquí en Guayaquil. Le cambió el chip a la gente”.

En ese momento fue clave que muchos colegas suyos estuvieran dejando la casa de sus padres para independizarse. Eso permitía tener varios lugares a disposición para hacer tocadas. Entonces se realizó la serie de conciertos llamados Departamento Mosh, que luego evolucionaron a la Casa Mosh, cuando el papá de los hermanos Ureta se mudó a Salinas y los dejó viviendo solos durante un año en Los Esteros, al sur.

“Todos los muebles y demás cosas de la casa las movimos a un cuarto que cerramos con llave. La sala y el comedor se convirtieron en zona de conciertos. En el patio poníamos música electrónica. En otro cuarto las bandas dejaban sus cosas y otra habitación era el VIP”, rememora Mayckol.

“Convocábamos tanta gente y se creó tan buena vibra a nuestro alrededor, que un vecino puso una carretilla de hamburguesas. Cuando mi papá volvió y nos prohibió seguir haciendo tocadas, el vecino se acercó para pedirle que cambie de opinión. Lamentablemente no logró convencerlo”.

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¿Qué fue de aquella generación?

Pese a que la Comunión Metal no se mantiene activa de forma permanente, muchas de sus bandas e integrantes se han mantenido haciendo música.

  • Por ejemplo, Francisco Valdivieso, vocalista y guitarrista de 20MT, destaca ahora haciendo rap con el nombre artístico de Fabrikante.

  • Colmena con el tiempo se convirtió en Libélula, con una propuestas más dark. Pero en estos últimos años la banda se rearmó y actualmente se encuentra ensayando y tocando en vivo.

  • Jorge Colmont, baterista de Sangra, se mudó a Alemania, donde ha formado parte y grabado como vocalista con las agrupaciones Supreme Carnage (death metal), Grimblade (heavy black) y como baterista de Difused (death melódico).

  • Mayckol Ureta formó Cabaré, con una propuesta más hard rock. Allí también tocó Juan José Ferreccio, quien formó parte de Porno Ducks, su exbanda.

  • En 2020 el video de la canción Sobrevive al crecer de Raíces Napalm recibió varios premios, como el galardón al mejor videoclip en el Diabolical Horror Films Festival, en el Onyko Films Awards de Odesa en Ucrania y en los European Cinematography Awards de Ámsterdam.

El ocaso

Podríamos decir que la Comunión Metal fue víctima de la misma libertad que defendía como bandera. Todo creció al punto de que muchas bandas querían formar parte, pero sin asumir las responsabilidades que implicaba pertenecer a ella. “Querían llegar solo a tocar, sin haber apoyado en la realización de los conciertos. Como no había jefes directos, la gente nueva hacía lo que quería y nadie les decía nada”, admite Miguel Ureta.

Además, como resalta Edwin Arellano, “uno va creciendo, va teniendo otros gustos, ganas de hacer nuevas cosas, otros proyectos. Como en cualquier familia, el desgaste es inevitable. Cuando uno es un muchacho tiene todo el tiempo del mundo, pero crecer implica otro tipo de responsabilidades, estudios, trabajo. Es complicado mantener el nivel de energía tan alto que mostrábamos al principio”.

“Asegúrate de que haya chicas, y los chicos irán por sí solos”

Diego Núñez, de Refugio, recuerda que todo lo manejaban los mismos integrantes de las bandas, de la manera más democrática posible. Todos colaboraban con sus talentos y posibilidades, ya sea tramitando los permisos para los eventos, diseñando las volantes de los conciertos, colaborando en la logística, facilitando los equipos de amplificación, instrumentos, recogiendo a las bandas que venían de otras ciudades, vendiendo entradas o cuidando el ingreso.

“Éramos panas, no rivales”, reflexiona Jimmy Cassinelli, vocalista de Colmena y quien es considerado por todos como el precursor de la idea de formar la Comunión. “Lo que nosotros no teníamos en dinero, lo teníamos en genialidad. La necesidad nos obligaba a ser recursivos y a inventar soluciones. Por ejemplo, a Miguel de Porno Ducks se le ocurrió asignar entradas a las bandas para que cada integrante vendiera una determinada cantidad. Eso resultó ser un éxito”.

El mismo Miguel explica que “una de nuestras consignas era tener chicas en los conciertos. Por eso invitábamos a nuestras amigas, primas, vecinas, tías, compañeras de colegio, de manera que podamos formar un nuevo público, más fresco y abierto a cosas nuevas. Y lo logramos. Nuestros conciertos eran una fiesta”.

Como bien diría su hermano Mayckol, “asegúrate que haya chicas, y los chicos irán por sí solos”.