Llegaban de a poco, en silencio. Algunos murmurando un rezo: "Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino", susurraba Patricia, mientras caminaba a paso acelerado por una de las calles de la ciudadela La Alborada. Es que ya iba un poco tarde, dijo, cuando este Diario le consultó el motivo de su asistencia a la caminata con la que los ciudadanos recuerdan el viacrucis que vivió el hijo de Dios en la cruz: Jesucristo.

"Señor mío y Dios mío, nos disponemos a caminar este camino de dolor y sufrir todo lo que tú sufriste en la cruz por nosotros...", clama el monseñor Gustavo Rosales, quien lideró la caminata, junto a rezos y cánticos.

El recorrido, que unió a cinco parroquias del norte de Guayaquil, inició en los exteriores de la iglesia católica Nuestra Señora de La Alborada y tenía previsto avanzar hasta la ciudadela Sauces siete, ocho y nueve.

Las iglesias que se unieron en una sola caminata en este Viernes Santo, en el norte de Guayaquil, fueron las parroquias Nuestra Señora de La Alborada, Rosa Mistica, Santa Isabel, Chestocoba y San Miguel de Arcangel.

Los feligreses detenían su paso en cada estación, con la que la Iglesia recordaba el "dolor y las caídas" que sufrió el hijo de Dios en su camino a la cruz. "Que cesen los actos de corrupción en el país, que ningún ciudadano ponga su dignidad en venta", pidió, mirando al cielo, el monseñor Gustavo Rosales.

Y es que la problemática de la inseguridad y la corrupción en el país fueron motivo de súplica y oración en este Viernes Santo: Pidamos que nos ayude a cargar la cruz que la inseguridad, los robos, las extorsiones y el sicariato nos ha dejado. Ayúdanos, señor".

Mauricio, de 53 años, detuvo su paso para contarle a este Diario lo que su 'corazón' quería pedirle a Jesucristo en este Viernes Santo: "Solo quiero paz, qué esto mejore, que podamos vivir como lo que somos en Ecuador: como los hijos de Dios".

Esta caminata, que reunirá a alrededor de siete mil ciudadanos, continúa a esta hora (08:15) con dirección hasta Sauces 6.