Desde el Centro de Investigaciones de la Universidad Espíritu Santo se realizó la colocación y recolección de datos desde la primera estación de aerobiología, que busca evaluar las esporas de hongos en el ambiente, que son recogidas por este sistema.

Este proyecto, liderado por el neumólogo Iván Chérrez, busca ofrecer mejores tratamientos para quienes tienen enfermedades respiratorias y alérgicas.

“Actualmente solo registra y contamos con una máquina recolectora en La Puntilla, Samborondón. Pero tenemos planeado aumentar las unidades en los próximos seis meses en distintos puntos del Gran Guayaquil, dos en Guayaquil y uno en el pueblito de Samborondón”, señala Chérrez.

“El cambio climático ha aumentado este tipo de enfermedades y más del 15 % de la población mundial es alérgica al polen, llegando al 30 % entre jóvenes. Por lo tanto, es imprescindible conocer las especies existentes, sus características, capacidad alergénica y distribución en el país”, explica Fernando Espinoza, director del Centro de Investigaciones.

Chérrez añade que una vez que se determinen los pólenes y hongos que circulan en la ciudad, se podrá conocer cuáles causan reacciones alérgicas a la población, para así poder dar a los pacientes el tratamiento adecuado.

Este proyecto tendrá una duración de cinco años. La idea es no limitarse solo al Gran Guayaquil, sino también aplicarlo en ciudades de la Sierra y Oriente.