Determinación, disciplina y perseverancia, son solo tres palabras de las muchas que caracterizan a Jaime Núñez Acurio, estudiante con discapacidad auditiva profunda, quien sustentó su tesis de grado previo a obtener su título de licenciado en Administración de Empresas, en la Universidad de Guayaquil.

Con la ayuda de Alexandra Irrazabal, su intérprete en el lenguaje de señas, pudo exponer su trabajo de investigación sobre “Factores determinantes en la empleabilidad de los jóvenes con discapacidad auditiva en la ciudad de Guayaquil durante el período 2020-2021”. Esta tesis la realizó junto a su compañera Tatiana Velasco.

Durante 20 minutos y frente a los miembros del Tribunal de Sustentación, autoridades de la alma mater y directivos de su unidad académica, Jaime comunicó los inconvenientes que tiene este segmento de la sociedad en conseguir empleo en empresas públicas y privadas.

“Pese a que existe un mandato constitucional que nos ampara, esto no se cumple”, dijo con gestos en su rostro y señales firmes en sus manos. Su brillante exposición le mereció la máxima calificación de 10.

Citó como ejemplo a las 9.693 personas con discapacidad auditiva en Guayaquil, de las cuales solo 2.530 se encuentran laboralmente activas, debido a que muchos de ellos no han tenido acceso a la educación por su discapacidad.

Recalcó que el Estado debería entregar mayores estímulos tributarios a las empresas para que a cambio puedan emplear a este grupo vulnerable de la población ecuatoriana.

Exhortó a las personas con alguna discapacidad a forjarse metas, porque en medio de dificultades, tropiezos y con determinación se consiguen objetivos como el alcanzado por él.

Jaime cuenta que su proceso educativo no fue fácil. “Ha sido un esfuerzo complicado; pero mis ganas de aprender han sido grandes. Dedico este triunfo a Dios, a mis padres, familiares, maestros y a todas las personas que me acompañaron en este largo viaje”, resaltó.

Jorge Meza, maestro en la cátedra de administración de proyectos, quien le impartió clases en modalidad virtual y presencial, lo calificó de un alumno inteligente, despierto, receptivo y participativo.

“Para impartir clases a un estudiante con una discapacidad auditiva se necesita ser solidario con su condición y luego tomar las prevenciones necesarias para garantizar que el mensaje pueda ser lo más didáctico posible para garantizar su aprendizaje” sostuvo.

La decana de la Facultad de Ciencias Administrativas, Janeth Bonilla, manifestó emocionada que la unidad académica cumple responsablemente con la sociedad, aportando en la preparación de profesionales con capacidades especiales.

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Mientras, el rector de la institución, Francisco Morán, resaltó que este centro de estudios superiores trabaja en la capacitación de docentes para que se especialicen en materia de inclusión social y sean guías de sus compañeros en la formación de estudiantes con algún tipo de discapacidad.

En la Universidad de Guayaquil hay 439 estudiantes con una discapacidad física, visual, auditiva, psicosocial, intelectual y de lenguaje que están matriculados. “Aparte de darles el acompañamiento en salud y otros beneficios se hace gestiones con empresas públicas para ayudarlos a insertar en el campo laboral”, puntualizó.

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