Un día después de que se registrara el desplome de un árbol en la avenida Isidro Ayora, al norte de la ciudad, y que aplastó a tres automóviles que esperaban el cambio de luz del semáforo, la ciudadanía se pregunta quién responde por los daños a los vehículos.

Uno de los autos afectados pertenece a una empresa de seguridad y el gerente de esta entidad, Rodrigo Peralta, confirmó a EXPRESO que el automotor tiene seguro y que la aseguradora ya tiene conocimiento del caso.

“Nos pidió detalles sobre el accidente, pero no obedece a un siniestro sino a un accidente natural que lo debió prever el Municipio. Eso lo verá el seguro. El problema es quién cubre el lucro cesante que mientras se dé todo eso, no tendré vehículo”, subrayó Peralta, al recordar que el precio del automotor en el mercado es de $ 22.000.

En cada vehículo solo iba una persona y ninguna resultó herida. Christian Huerta, del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, calificó a este hecho, que causó alerta entre los conductores y transeúntes que circulaban por la zona, como un incidente con suerte y dedujo que el árbol pudo haber cedido debido al peso de las ramas.

Para el abogado Roberto Andrade, quien debe responder por los daños ocasionados por la caída de un árbol, en un concepto general, es el propietario de este, siempre que el desplome sea por negligencia o falta de cuidado.

“Cuando se trata del caso de áreas verdes, en concepto, sí debería responder el Municipio de Guayaquil si es que, por cualquier razón, hubo falta de cuidado, mantenimiento o poda del árbol. Si hablamos de una causa mayor, como un rayo, otro fuera el escenario, pero ese no es el caso”, puntualizó.

La activista Andrea Salame, basándose en los mismos reglamentos, coincide con él. “Además tenemos antecedentes. Sabemos que los árboles aquí se caen, en algunos casos, porque el mantenimiento no es el adecuado, así como tampoco la forma en que los siembran”, señaló.

A través de un comunicado, la contratista encargada de la fiscalización sobre la caída del samán informó que el colapso se debió a que las raíces laterales del árbol se encontraban “atrofiadas”.

Y conforme a ello, aseguró el director municipal de Áreas Verdes, Abel Pesantes, “no hay negligencia de nadie porque el árbol ha recibido mantenimiento, aparentemente estaba en buen estado”. 

De allí que, agregó, “resultaba imposible anticipar el volcamiento del árbol, debido a que externamente presentaba vigorosidad, tanto en su base como en su fuste y no presentaba ningún tipo de inclinación”.