La Policía le apagó la fiesta a unas 500 personas en el oeste de Guayaquil
La reunión clandestina que avanzó hasta esta mañana, no contemplaba medidas de bioseguridad. Algunos de los asistentes habían ido en carros de alta gama
El incumplimiento de las disposiciones del COE Nacional y del Municipio de Guayaquil, para frenar la pandemia, no tiene fin. La Policía y las Fuerzas Armadas clausuraron la madrugada de este lunes 25 de octubre, una fiesta clandestina en la que participaban al menos 500 personas, algunas presuntamente armadas.
La masiva reunión se realizó en una especie de complejo deportivo del sector San Eduardo, en la Avenida Rodríguez Bonín, a pocos metros de la sede de la Policía Judicial, al oeste de Guayaquil.
El operativo para desactivar este encuentro de música y alcohol se cumplió con agentes policiales del Distrito Florida y los militares, quienes lograron enviar a sus casas a los cientos de fiesteros que participaban de un concierto, el cual, según la Policía, no habría contado con los permisos correspondientes.
El ruido del evento despertó la alertas y al aproximarse al recinto, los agentes del orden notaron una enorme cantidad de vehículos estacionados en los alrededores.
Adentro encontraron a una multitud aglomerada y sin respetar las medidas de bioseguridad para evitar contagios de Covid-19. Muchos de los presentes estaban consumiento bebidas alcohólicas.
Ante la llegada de la 'ley', muchos de los asistentes "salieron en precipitada carrera, a bordo de vehículos de alta gama, presumiendo que entre ellos estarían requeridos por la ley y otros que habrían estado armados", según el reporte dado por la Policía sobre este caso y que fue hecho público mediante un comunicado.
