Por segundo día consecutivo, este miércoles 10 de noviembre, el 50 % de los conductores de los buses urbanos de Guayaquil volvió a apagar sus motores. La paralización parcial nuevamente dejó en aprietos a los ciudadanos de diferentes sectores, quienes esperaron por varios minutos a las unidades o corrieron detrás de ellas. A otros no les tocó de otra que coger un taxi o un bus escolar para poder llegar a sus trabajos o casas.

De la reunión que tuvieron los transportistas con los funcionarios de la Agencia de Tránsito Municipal (ATM), no se conocieron muchos detalles. Paola Carvajal, administradora de la metrovía, luego del encuentro aseguró que se recordó al gremio que hay dos tarifas del pasaje aprobadas en Guayaquil: 30 y 35 centavos.

“No está previsto el aumento. Y en la medida que exista un incremento del servicio se puede acceder a la tarifa de 35 centavos que ya se viene cobrando en aquellos buses”.

La funcionaria alegó que se han planteado “medidas de compensación” y que se prevé, para la siguiente semana, otra reunión con los transportistas. Sobre el estudio técnico que había solicitado el gremio, argumentó que esto, “no es una de las cosas que estamos planteando”. Los transportistas, que alegan no tener dinero para el mantenimiento de las unidades, advirtieron que continuarán con esta medida hasta que se baje el precio del combustible y se suba el precio del pasaje.

“Es un problema crónico que tiene Guayaquil y lo peor es que no hay un acuerdo definitivo. El pasajero paga los platos rotos”, se lamentó Luis Paladines, quien tuvo que esperar 30 minutos por un carro para ir del suroeste al centro.

En una entrevista, la alcaldesa Cynthia Viteri aseguró que la posición de su administración es que no aumente la tarifa del pasaje. Líderes comunitarios llevaron al Municipio un pedido para que no suba el pasaje.