Allí están: plantadas en parterres, solares vacíos o predios privados; pero oxidadas, algunas sin el medidor de energía eléctrica y sin contar con alguna publicidad. Se trata de vallas publicitarias en las que solo ha quedado el armazón metálico, algo que está prohibido de acuerdo con la ordenanza que regula la publicidad exterior en Guayaquil.

La normativa, que fue aprobada por el Concejo, entró en vigencia al iniciar este 2024 y apuntó a poner ‘la casa en orden’. Sin embargo, no se cumple del todo. En una revisión al documento se lee que el capítulo 10 claramente establece que queda prohibido mantener sin anuncios la estructura de la publicidad exterior.

¿Entonces por qué continúan en ese estado? Esta es una de las preguntas que EXPRESO quiso abordar en una entrevista con algún trabajador municipal, pero hasta el cierre de este artículo el departamento de Comunicación no emitió una respuesta. No llegó ni siquiera la confirmación al pedido.

En tanto, este Diario realizó un recorrido por diferentes vías importantes de la ciudad en las que por años se han ubicado estas estructuras. El trayecto abarcó avenidas como de las Américas, del Bombero, Pedro Menéndez Gilbert, vía a Daule y Juan Tanca Marengo.

En esta última, en el kilómetro 4,5 está una valla sin anuncio. A lo largo del parterre se encuentran otras estructuras, pero a esta no se le ve quién es su propietario. Está allí, muy cerca de árboles.

En la vía a Daule, frente al mercado Florida, en un predio privado hay una de estas estructuras que tampoco tiene publicidad. Asimismo, es difícil observar a quién pertenece esta valla.

Y en esa misma vía, cerca del colegio réplica Aguirre Abad, en el km 4,5, hay otra valla en similar situación. En esta última se alcanza a ver que la parte alta presenta óxido, apenas cuenta con un par de reflectores y abajo hay un sello municipal que ya perdió su color, además de tener grafitis.

Ahora bien, en el documento también se precisan las sanciones (leves, graves y muy graves). El punto 8 señala entre las causas que ameritan una sanción grave el mantener descubierta la estructura sin exponer publicidad en cualquiera de sus caras. Esto conllevaría a una multa de uno a diecinueve salarios básicos unificados. Sin embargo, resulta difícil emitir alguna sanción debido a que en algunos casos no figura el nombre del responsable de la valla.

Pero el tener estructuras que no cuentan con anuncios, ya sea con fines comerciales o de servicios, no es la única infracción. En la ordenanza, asimismo, se precisa que para este tipo de vallas publicitarias, el propietario debe implementar la instalación y mantenimiento de una cámara de vigilancia, cuyo costo el mismo dueño cubrirá.

Además, los soportales tubulares deben ser pintados de negro y contar con una base de hormigón. Alrededor de esta tienen que haber cuatro bolardos de protección, que “servirán de contención ante posibles impactos. Deberán estar pintados con pintura reflectiva...”.

No obstante, basta circular por las calles antes mencionadas y en otras donde se encuentran estas estructuras para darse cuenta de que tampoco se cumplen del todo estos últimos puntos. Si bien es cierto hay vallas, como las de la avenida Carlos Julio Arosemena y del Bombero, que sí tienen los bolardos, señalética y hasta cámaras de vigilancia, se trata de casos contados.

La falta de mantenimiento es otro aspecto que llama la atención. Mientras algunas vallas están en condiciones favorables, otras comienzan a registrar un visible deterioro. También sorprende que haya vallas sin luces, ni medidor.

El Municipio, además, hasta ahora no ha confirmado cuánto ha recaudado en torno a la regularización de los rótulos y vallas. Otra duda que ronda en la cabeza de algunos valleros que conversaron con este Diario es conocer realmente qué pasó con los casos del 2020, 2021 y 2022. Ellos, asimismo, aguardan respuestas.

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