La inseguridad ha llevado al encierro a los vecinos de la ciudadela Los Almendros, sur de la ciudad. Han colocado rejas en la mayoría de las cuadras y levantado casetas, junto a las puertas de ingreso de los portones, para que pernocten día y noche los guardianes contratados por ellos.

Los custodios no tienen armas, solamente palos y fierros que llevan siempre en sus manos para -según dicen- defenderse de aquellas personas que intenten delinquir en la zona resguardada por ellos.

“Adentro de los cerramientos hay un poco de paz, el problema es cuando los vecinos salen a la calle. Allí hay poco control policial y los delincuentes se aprovechan de las circunstancias”, dice Manuel Manjarrez, uno de los guardianes que tiene a cargo el cuidado de 11 casas ubicadas en la avenida Gaviotas.

Indica estar en desventaja con los delincuentes que llegan bien armados. Por ello, en los 12 meses que trabaja en la zona, dos veces ha tenido que usar el botón de pánico para que la Policía lo ayude. “Hasta que los uniformados lleguen, he tenido que enfrentar a los hampones con palos y fierros y con el apoyo de los vecinos he cumplido mi objetivo”, remarca.

Los residentes de Los Almendros dicen que la inseguridad y el temor van en aumento.

“Da miedo salir de casa, ya que en la calle si no te asaltan, te secuestran o te matan”, lamenta Carlos Manrique, quien desde hace 20 años reside en la avenida Los Pinzones, una de las principales de la ciudadela, donde la mayoría de los vecinos pide más control policial.