Diciembre llegó y pese a que el colorido navideño se ha ido esfumando de distintos puntos de Guayaquil, como lo publicó semanas atrás EXPRESO, hay vecindarios que decidieron engalanarse de los tonos verde y rojo, con la firmeza de no tener que pasar una Navidad gris, como fue la del año pasado. Le dieron color a sus comunidades y rescataron las tradiciones que agonizaban: el encendido del árbol navideño, cantar los villancicos, tomar un chocolate con pan de Pascua y, lo más dinámico, adornar sus parques o áreas sociales con luces, bolas de colores, campanas, lazos...

La mayoría de los vecinos, que han procurado respetar las medidas de bioseguridad, concuerda en que esta vez las fiestas de diciembre deben sentirse como lo eran antes de que llegue la pandemia, pues “ya es momento de recuperar lo perdido”. Por casi dos años, mantuvieron guardados los emblemáticos foquitos y se frenaron de poner en marcha, además, las ferias o encuentros religiosos, que también alimentaban el espíritu navideño.

Uno de esos sectores que ya está ‘prendido’ es la onceava etapa de la ciudadela la Alborada, en el norte. Allí, Luis Chica, presidente del comité barrial, comenzó la semana pasada, junto a varios vecinos, a embellecer las fachadas de las viviendas con luces multicolores y figuras despampanantes.

“Recuperar el sentido de la Navidad ha sido nuestra misión ahora, pues lo necesitamos; aquí hay muchos adultos mayores. Estamos preparando otras actividades en estos días”, resalta Chica, al detallar que se prevé un evento navideño, con tinte cómico, donde participarán los niños de la ciudadela y en el que los villancicos también estarán presentes.

La comunidad le dio vida a los alrededores de los parques de las manzanas 11 y 12 del sector. Cintas verdes, rojas, y mallas de luces adornan el punto, donde los residentes se reúnen e intercambian temas, que van desde la inseguridad hasta cómo pasar el fin de año. Los más pequeños le dan un toque pintoresco con el encendido de juegos artificiales.

Las escenas se repiten en la cuarta etapa de Samanes, pues la comunidad se ha preparado con tiempo. Karla Maldonado, residente, desborda de emoción cuando habla sobre la participación que este año se ha despertado en el barrio. “Luego de pasar días difíciles es propicio dar luz verde a estas acciones y qué gusto que todos hayan dicho sí”, contó.

Los moradores han utilizado diferentes elementos para darle forma a osos, renos y campanas. Sí, todo con material reciclado. Teresa Titusunta, otra residente, se encargó de dirigirlos, pues es decoradora.

“Me encantó que cada quien trajo papeles, adornos y figuras que ya no querían, y así le dimos una mejor presentación a nuestro parque”, comenta, mientras que junto a sus vecinos dan los últimos toques al ‘Expreso Polar’, como la han denominado al área recreativa.

En el sitio llaman la atención los regalos, elaborados a base de cartones, esferas que se pierden entre el arbolado, y hasta un sonriente Santa Claus que cuelga de la rama de un árbol. Ese árbol es especial. Se salvó de plagas y fueron los vecinos que, con iniciativa propia, le devolvieron el verdor.

María Elena Raymond es otra de las moradoras que llevaron adelante la iniciativa, y espera que el brillo ilumine a Guayacanes, ubicada al frente, y a las otras etapas de Samanes. “Rescatar estas tradiciones nos alimenta el espíritu navideño y poder tener mejores días a aquellos grises”.

Pero en medio de este escenario hay barrios que se han frenado de ejecutar actividades alusivas, ya sea por la inseguridad o la variante ómicron. Es el caso del barrio del Salado, que tenía previsto ‘resucitar’ el ambiente navideño con un chocolate y pan de Pascua. Sin embargo, decidieron encender sus balcones a partir del 1 de diciembre, como es la costumbre, ni un día antes ni después.

“No estamos de acuerdo en adelantar la Navidad desde noviembre o peor octubre porque consideramos que esa es una costumbre con objetivos mercantilistas. Para nosotros, el significado de la Navidad es unión de la familia y de la comunidad, tenemos un concepto muy elevado y es una fecha sumamente especial”, resaltó Gustavo Rivadeneira, líder barrial del sector.

Un comentario similar otorga Eduardo Salazar, dirigente de la ciudadela Urdenor 1, que alista detalles para ejecutar una feria navideña y otras actividades en el vecindario, como es un bingo para recaudar fondos destinados para la parroquia Padre Misericordioso.

Así es como diferentes sectores de la ciudad ‘despertaron’ el ambiente festivo propio de diciembre, eso sí, conservando las medidas de seguridad y apostándole a tener un mejor escenario al cerrar el año. 

ATRACTIVO

Tradición que ilumina a Los Ceibos

“Ustedes esperan la encendida de árboles y yo solo espero que pongan los inflables y las luces en la casa de Los Ceibos; ahora sí queda oficialmente inaugurada la Navidad”.

Fue el mensaje que publicó en Twitter Miguel Ángel Torres y que causó emoción en diferentes internautas en dicha red social y que, sin ser del sector, se han acostumbrado a ver la vivienda, situada en la avenida Primera, llena de colores, muñecos de nieve infables, Papá Noel, entre otros adornos.

Allí, la magia se hace presente y desde lejos llama la atención, ya sea a los conductores que van por la avenida del Bombero o simples transeúntes. “Cada vez que paso por Los Ceibos, para ir al suroeste, me encanta ver los adornos y muñecos; es bellísimo que cada año la vivienda se ilumine de tal forma”, resaltó la contadora Mariana Bermeo.

De acuerdo con Gino Portaluppi, quien reside en la casa, esta tradición lleva al menos 30 años y la realiza junto a su familia. Al interior de la vivienda también sobresalen decenas de adornos y miles de luces