Según Transparencia, el Municipio de Guayaquil gastó 49,2 millones de dólares durante 2020 en sueldos, pero esa cifra puede ser más alta. La cédula presupuestaria de la entidad registra al menos 2,3 millones en el rubro de honorarios por contratos civiles y otros 2,5 millones dólares por servicios personales eventuales sin relación. Eso hasta junio pasado, que es lo que se encuentra en la página.

La Alcaldía no ha contestado a EXPRESO sobre su justificación para recontratar en cargos nuevos a exdirectores de la entidad, con sueldos de más de cuatro mil dólares, y tampoco se ha pronunciado sobre la necesidad de mantener por periodos prolongados asesorías de exfuncionarios en la entidad.

En un momento como el que vive la ciudad, en que la austeridad llama a lo público-administrativo más que en cualquier otro instante de la historia, a propósito de la emergencia sanitaria que aún no permite a la urbe una reactivación plena, líderes académicos y comunitarios exhortan a la alcaldesa Cynthia Viteri a revisar la nómina del Cabildo.

EXPRESO ha expuesto en la edición del lunes que algunos directores que dejaron el cargo siguen dentro de la estructura de la entidad, a veces, con trabajos similares al que tenían, y en nómina, y otras solo como asesores o colaboradores externos de allí o de alguna entidad pública del gobierno local.

Hace un año, este Diario dio a conocer que en el Municipio existen cargos duplicados y que al entrar Viteri gastaba seis millones de dólares más que Jaime Nebot en sueldos. Ella se justificó en los cambios que se estaban implementando, pero con este reporte el panorama no cambia.

Al respecto, el investigador y catedrático universitario Felipe Espinoza recuerda que la Ley Orgánica de Servicio Público establece el trabajo de los funcionarios y de los asesores. “Los asesores son para el nivel jerárquico superior, alcalde o vicealcalde, no para directores”, resalta el también exfuncionario de la entidad, quien resalta, además, que no son leyes lo que hace falta para estos temas, “sino el respeto al dinero de los contribuyentes, que pagan impuestos”.

Como él, el también catedrático Ricardo Sandoya cree que el escenario actual deja en evidencia que la transición no fue tan ordenada entre la administración anterior y la actual.

“Es entendible que entre ambas administraciones exista una ‘visión’ de ciudad compartida, pero cuando sale a la luz este tipo de informes periodísticos, denota que hubo una desconexión total en torno al recurso humano. Ahora se vuelve importante que no solo la actual sino futuras administraciones transparenten toda la información, no solo la pecuniaria, sino también, por ejemplo, el perfil idóneo de quienes ostenten cargos, los planes de trabajo a corto, mediano y largo plazo con los que llegan, entre otros puntos”, analiza.

El reportaje publicado hablaba de casos como el de Melvin Hoyos y Jorge Arosemena Gallardo, quienes salieron de las direcciones de Cultura y Deportes, en ese orden, pero que hoy constan en nómina con sueldos de más de cuatro mil dólares en cargos creados para que se queden, así, Hoyos es director de una supuesta Unidad Coordinadora y Arosemena Gallardo funge de Especialista Deportivo Institucional.

Desde los barrios de Guayaquil también se pide explicaciones sobre el informe que EXPRESO dio a conocer en torno al tema. Emilene Aguayo, activista por el derecho al uso de las áreas recreativas, en el sector Samanes, le recuerda a la alcaldesa que estamos en crisis.

“Millones de personas no tienen empleo. Hay niños sin acceso a la educación... El Municipio crea puestos a personas que ya gozan de buena posición económica, para seguir regalando nuestro dinero a sus familiares y amigos. (...) Eso se llama corrupción y debe ser castigada. Y estas personas deben devolver todo lo que injustamente han recibido”, opina.

Desde el norte, el presidente de la Federación de Urbanizaciones de Vía a la Costa, Guillermo Ayala, apoya las acciones de la administración, pues “con todo derecho, la alcaldesa debe trabajar con directivos cercanos y de su confianza”. Eso sí, el líder comunitario dice que en el tema de los exdirectores que ocupan actualmente otros cargos la funcionaria debe justificar las razones por las que tomó esa decisión.

De esa zona, Luis Saltos, urbanista, dice que Viteri se convirtió en lo que juro combatir, pues “el reciclaje de funcionarios antiguos no va acorde al discurso de renovación del personal técnico”, y lo lamenta, pues, resalta, “hay que priorizar los gastos en esta crisis”.

Desde el cerro de Mapasingue, la lidereza comunitaria Morina Castellanos hace una crítica directa a la falta de transparencia. Le asombra, por ejemplo, que no se conozca a fondo el verdadero gasto en sueldos. Es decir, el que está en Transparencia sumado al que añaden los contratos eventuales y quienes facturan.

Sobre esto último, se conoce por fuentes de dentro del Cabildo que de los $ 49,2 millones en sueldos que aparecen en nómina, la cifra puede ascender a 58 millones de dólares al año con otro tipo de colaboraciones. El Cabildo no se ha pronunciado tampoco sobre este tema.